Banderas y Emma Thompson encarnan el dolor por la pérdida de los desaparecidos

Por encima de resultados artísticos y de críticas desfavorables, Antonio Banderas y Emma Thompson defendieron ayer en Madrid con pasión y orgullo su participación en Imagining Argentina, un filme dirigido por Christopher Hampton sobre el horror de los desaparecidos en la dictadura argentina. "La voz de la violencia hoy es enorme, pero queda muy poco espacio para la voz del dolor de la pérdida. Aunque fallemos tenemos que contar estas historias una y otra vez", aseguró la actriz. "Las películas no arreglan el mundo, pero sí son granos de arena que, poco a poco, crean una opinión para evitar que cosas así sigan sucediendo", añadió Banderas. El estreno mundial del filme será en España el 16 de abril.

Comprometidos con los principios morales y los derechos humanos, como se encargaron de defender una y otra vez, Antonio Banderas y Emma Thompson, con lazos negros en solidaridad por las víctimas del 11-M, pasaron casi de puntillas por las duras críticas, con pateos y pitadas incluidos, recibidas por Imagining Argentina durante el pase de prensa en el pasado festival de Venecia, para centrarse en el discurso más político y necesario. "Es una película honesta y me siento muy orgulloso de haber participado en este proyecto por razones políticas y morales, independientemente de sus valores artísticos y de que la película guste más o menos", defendió Banderas. En la misma línea y esforzándose en hablar en castellano, la actriz británica Emma Thompson, que, a sus 44 años y tras su anhelada y satisfecha maternidad (tiene una niña de cuatro años de la que dice "es la luna, el sol, la estrella de mi vida") luce una belleza extraordinaria, aseguró. "La voz de la violencia es enorme y pequeñísima la voz del dolor. Después de los atentados de Madrid, escuché por radio la voz de un hombre que había perdido a su mujer y que decía 'Me da igual quién haya puesto la bomba, mi mujer ha muerto'. Con esto no estoy diciendo que no sea importante quién es el autor de esa violencia, lo que digo es que la violencia habla mucho y deja muy poco espacio a la voz del dolor de la pérdida. Tenemos que contar este tipo de historias una y otra vez aunque fallemos".

Imagining Argentina, basada en el libro de Lawrence Thornton, narra la historia de un director de teatro infantil (Banderas), cuya mujer, una periodista (Thompson), es secuestrada durante la dictadura militar por denunciar las desapariciones. Él se da cuenta de que tiene poderes paranormales para adivinar qué pasa con los desaparecidos.

La elegancia y tolerancia de los dos intérpretes al referirse a las críticas en Venecia -"me sorprendió su virulencia y me resultó raro que después en el pase del público se aplaudió durante diez minutos", dijo él ; "la experiencia de Venecia fue importante para mí porque me llevó a conversaciones que me enriquecieron enormemente", dijo ella- contrastó con el tono de Santiago Pozo, productor del filme, que calificó a los críticos como "cuatro cantamañanas", lo que fue recriminado por una periodista.

Banderas comprobó durante el rodaje en Argentina, donde cumplió 42 años rodeado del calor de las madres y abuelas de la Plaza de Mayo, que el drama de los desaparecidos -30.000, de 1976 a 1983, según datos de Amnistía Internacional - es una herida todavía abierta en aquel país -"cuando alguien desaparece, el tiempo y la longitud del dolor es aún mayor que la muerte, pero lo que me asombró fue adivinar en los ojos de los familiares de las víctimas la esperanza, no ya de encontrar a sus hijos, sino a sus nietos".

Encantado con los resultados de las elecciones del 14-M -"hablé con Zapatero y Chaves al día siguiente"- y algo crítico con su país de adopción -"Hollywood es una mentira, es sólo un decorado"-, el actor reconoce que su balance en Estados Unidos es muy positivo después de 14 años: "Me ha permitido convertirme en un actor ecléctico, me ha dejado abrirme a todos los géneros".