Estudiantes se rinde ante Bennett
El Real Madrid jugará la final de la Copa ULEB contra el Hapoel Jerusalén
El Real Madrid de baloncesto disputará su primera final europea desde que en 1997 ganara la antigua Recopa. Y lo hará gracias, una vez más, a su incombustible base, el estadounidense Elmer Bennett. El veterano director de juego blanco volvió a ser fundamental en la tercera victoria de su equipo ante los colegiales en los últimos diez días.
En el partido de ayer, Bennet dejó las asistencias para el final, cuando la recuperada afición local reivindicaba para los suyos la condición de primer equipo de Madrid, y se dedicó a martillear la canasta de Estudiantes a base de provocar una falta tras otra.
Hasta nueve tiros libres anotó el zidane del baloncesto europeo, acompañados por un par de triples y tres espectaculares entradas a canasta que sólo él puede permitirse. El liderazgo de Bennet incluso ocultó la nueva desaparición del estonio Kambala, quien en las semifinales ha sumado más faltas personales que puntos.
REAL MADRID 82 - ESTUDIANTES 73
Real Madrid: Bennett (21), Herreros (11), Stojic (11), Kambala (3), Burke (4); Fotsis (9), Mumbrú (7), Bueno (8) y Núñez (8).
Adecco Estudiantes: Brewer (3), Jasen (10), Loncar (5), Jiménez (5), Felipe Reyes (11); Azofra (8), Iturbe (9), Vidaurreta (8), Patterson (11) y Misó (3).
Parciales: 18-13, 20-18, 16-19 y 28-23.
Árbitros: De Keyser (Bélgica), Kokoulekidis (Grecia) y Lovsin (Eslovaquia). Descalificaron a Patterson (m. 27).
Unos 5.000 espectadores en el Raimundo Saporta. El Madrid, que también venció en la ida (75-83), se clasifica para la final. Su rival, el 13 de abril en Charleroi (Bélgica), será el Hapoel de Jerusalén, que derrotó en la otra semifinal al Reflex serbio 79-76.
El descontrol a la hora de repartir palos a diestro y siniestro del pívot blanco permitió al mermado Estudiantes soñar con la épica hasta el último cuarto, en el que el canterano Roberto Ñuñez sentenció la eliminatoria con dos triples y una bandeja consecutivos.
Por entonces, los colegiales se habían quedado en cuadro por la expulsión, a más de trece minutos del final y con el marcador 46-44, de Patterson. El estadounidense, limitado todo el partido por una lesión en la muñeca derecha, agredió a Bueno quien, como en la ida, fue el mejor del juego interior del Madrid, después de que éste soltase el codo, y convirtió la remontada colegial en un imposible.
Con Felipe Reyes renqueante de ambas piernas, Vidaurreta con un vendaje en su muñeca derecha, y el técnico, Pepu Hernández, también escayolado en la misma mano, el Madrid encontró el camino expedito hacia la conquista de su decimocuarto título europeo.
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