Fiesta en Springfield

Sin perder una gota de sarcasmo a lo largo de sus 14 años de historia, la familia más célebre de Springfield alcanza en España el episodio número 300. Antena 3 emite (21.30) 'Bartir de cero', el capítulo con el que formalmente se cumple el tercer centenario de Los Simpson. Los puristas consideran que, por orden de producción, se debe celebrar con 'Los fuertes abrazos de Marge', y afortunadamente la cadena ofrece este episodio inmediatamente después. Convertida en la comedia más longeva de la historia de la televisión en Estados Unidos, Los Simpson sigue sumando episodios y preparando el salto al cine.

La serie nació en 1989 en forma de brevísimos cortometrajes dentro de The Tracy Ullman show. La cadena Fox intuyó enseguida el potencial de esa creación y entregó a su autor, el dibujante Matt Groening, un contrato temporal a prueba para desarrollar unos pocos episodios de duración convencional en formato de telecomedia.

Groening se asoció con uno de los productores ejecutivos más respetados en el mundo de la televisión, el director de cine James L. Brooks, y contrató como jefe de guionistas a Al Jean, un escritor de comedia recién salido de Harvard. Los tres pusieron en marcha un formato de producción que, con el tiempo, explica la incomprensible calidad de Los Simpson: cada episodio se redacta y se revisa por una nómina de guionistas de dudosa estabilidad mental pero un envidiable nivel intelectual.

Según Robert Thompson, que encabeza el Centro de Estudios de Televisión en la Universidad de Siracusa, Los Simpson no es sólo la mejor oferta de la televisión en los últimos cincuenta años, "sino, posiblemente, uno de los mejores productos de comedia en cualquier tipo de formato artístico", e incluye aquí a Chaplin o a los hermanos Marx, por ejemplo. "Los Simpson demuestran lo buena que puede llegar a ser la televisión", dice Thompson.

Es cierto que la serie reconcilia al espectador con un medio que puede llegar a ser desolador. Incluso en la Fox, la cadena en la que nacieron y en la que terminan ahora la temporada número 15, la comedia se ha convertido en un extraño referente en medio de un barrizal de realities. Ésa es otra de las virtudes de Los Simpson: mofarse de los peores defectos de la familia, la cultura y la sociedad estadounidense sin que los censores de esta cadena conservadora hayan podido recortar su acidez. Quizá por su incapacidad para entender el significado real de su mensaje, los directivos de la Fox han permitido que la serie se haya convertido, paradójicamente, en uno de los iconos de la cultura popular americana que tanto se critica en cada episodio.

El capítulo 300º no contiene grandes celebraciones ni invitados de especial renombre, sólo el campeón de skateboarding Tony Hawk y los componentes del grupo de rock Blink-182. Groening parece dispuesto a llegar a las 400 o 500 entregas y ha confirmado que habrá una película de cine de Los Simpson dentro de un par de años. Mientras tanto, Homer seguirá animando a la sociedad a mostrar siempre lo peor de uno mismo; a su hijo Bart siempre le da el consejo contrario que reciben los niños estadounidenses: "Recuerda siempre que, por muy bueno que puedas llegar a ser en algo, siempre habrá un millón de personas mejores que tú".