¿Libertad de expresión?
El domingo 21 de marzo de 2004, al mediodía, salí a actuar en la calle de la Sal, en las proximidades de la plaza Mayor, como en otras ocasiones. Interpreto, vestido de mujer con un traje de faralaes, a la Punka Paka. Mientras actuaba, se acercaron dos policías municipales "invitándome" a que me fuera. Les expliqué que estaba en mi derecho de permanecer en la vía pública, ya que la ley así lo contempla. Ante mi negativa, me pidieron la identificación, al no llevarla, me comunicaron que debería acompañarlos a comisaría. Uno de ellos, me agarró de la muñeca.
Poco a poco, se iba formando un amplio grupo de personas a nuestro alrededor. La gente, de manera libre y voluntaria, solicitaba a los policías que me soltaran. En ese momento, el policía que me sujetaba dijo: "Sabemos que vas a medias con los carteristas." Eso era y es mentira.
Aquel policía estaba desacreditándome, poniendo en duda mi honradez, quizá movido por la presión que ejercía aquel grupo de gente en desacuerdo con lo que estaba ocurriendo.
Le expliqué, bastante indignado, que lo único que estaba haciendo era un espectáculo en el cual reivindico la libertad de expresión. Finalmente, llegó un coche celular y acabé en comisaría.
Mientras la policía me tomaba los datos, me explicaron que varias personas habían presentado denuncias por robos en esa zona y, según ellos, mi espectáculo fomentaba tales acciones al provocar que la gente se estacionara en la vía pública.
Después de lo ocurrido, me planteo: ¿somos responsables los artistas callejeros de la inseguridad ciudadana por crear arte accesible a cualquier persona? Rotundamente, no.
Y como dice mi Punka Paka: "Vengo a reivindicá la libertá de expresión. Algo mú nuestro, un talento natural, algo mú español. Porque España, señores y señoras, niños y niñas, leidis an yentelman, España tiene musho arte.
Y eso es lo que hase falta aquí, en este país, en esta misma ciudá. Y pa eso estoy yo, pa representá el arte.
Yo, la Punka Paka, como embajadora del arte, libre y universal, en Madrid".
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