Expectativas en descenso

Los inversores despiden la semana con el convencimiento de que las economías occidentales son incapaces de alcanzar el ritmo de actividad previsto, debido a la debilidad del consumo privado.

El atractivo de unas cotizaciones comparativamente bajas se ha visto empañado por un futuro que se presenta más gris de lo que pintaban las previsiones, aunque en Europa esto ha servido para que aumenten las posibilidades de un recorte de los tipos de interés.

La sesión comenzó con fuerza para los mercados europeos, que contaban con la doble opción del avance de Wall Street en la tarde anterior y con un nivel de precios capaz de dar mucho juego en un entorno favorable, pero el índice de confianza empresarial del mes de marzo en Alemania, con el segundo descenso consecutivo, enfrió los ánimos y abonó el terreno para que las realizaciones de beneficios tomaran la iniciativa.

El Ibex 35, que llegó a subir el 0,76%, terminó la sesión con un avance del 0,48% que, no obstante, le acerca a los 8.000 puntos. El Ibex 35 corta la orientación negativa después de dos semanas de descensos, con una ganancia semanal del 0,94%. El índice general de la Bolsa de Madrid subió ayer el 0,40% y en la semana gana el 0,91%.

La contratación en el Mercado Continuo fue similar a la del día anterior, aunque las operaciones institucionales aportaron la mitad del negocio, que fue de 2.865,07 millones de euros.

Si los empresarios alemanes dudan de la solidez de la recuperación, en Estados Unidos hubo datos para todos los gustos, pues los gastos personales crecieron en febrero el 0,2%, cuando los analistas esperaban una subida del 0,5%. Por el contrario, la confianza de los consumidores, según la Universidad de Michigan, aumentó en marzo 1,4 puntos, hasta 95,8.

Las bolsas europeas se vieron frenadas en sus avances y terminaron la sesión con ganancias mínimas. París subió el 0,62%, y Francfort, el 0,27%, mientras que Londres bajó el 0,37%. La apertura a la baja de Wall Street (cerró con una caída del 0,06%), por la debilidad del consumo privado y las retiradas de beneficios, tuvo poco que ver con el enfriamiento europeo.