Quién es quién en el 11-M
La policía cree que tiene resuelto, en apenas 13 días, todo el caso, pero el secreto del sumario y el mutismo de los investigadores arrojan pocos datos claros y muchos oscuros
Los investigadores de los atentados del 11-M creen tener casi resuelto el caso, sólo 13 días después de la masacre, pero dicen que con casi 200 personas asesinadas éste es un triste consuelo. Los ocho supuestos autores materiales estarían identificados, se tienen firmes sospechas de quién ordenó y planificó la matanza, se busca el taller -posiblemente un chalé del Corredor del Henares (Madrid)- donde se montaron las bombas, se esperan nuevas detenciones de implicados en la operación terrorista -incluida la del cerebro criminal-, todas las antenas están activadas para captar cualquier información que pudiera arrojar luz. Pero a medida que la luz muestra rincones oscuros de la trama, también arroja sombras sobre otros, de forma que es difícil discernir qué está claro y qué no lo está, ni quién es quién en esta historia. Éstas son algunas preguntas con sus respuestas, a día de hoy. Lo confirmado; el resto es especulativo.
Los investigadores aseguran que ya tienen identificados a ocho autores materiales
Jamal Zougam se sitúa en el centro de la trama y se sospecha que la coordinó en parte
El taller donde se montaron las bombas y el cerebro del 11-M son ahora las prioridades
- ¿Cuál es la pista clave? Sin duda, la mochila bomba desactivada. Sin ella, los investigadores admiten que estarían "ciegos". El teléfono hallado en su interior condujo directamente a cinco personas: a los indios Vynay Kohly (ahora se ha descubierto que mató a un compatriota en 2001) y Suresh Kuma, quienes vendieron la tarjeta y el teléfono de esa bomba a tres marroquíes, socios en el locutorio Nuevo Siglo de Lavapiés: Jamal Zougam, Mohamed Bekkali y Mohamed Cahoui. Estos tres están imputados por pertenencia a una organización terrorista, más de 190 asesinatos y 1.400 tentativas de asesinato, estragos terroristas.
- ¿Quién es el principal implicado? De lo que se sabe hasta ahora, Jamal Zougam, nacido en Tánger el 5 de octubre de 1973, hijo de un trabajador de una mezquita de dicha ciudad. Se le acusa de ser uno de los autores materiales de la matanza, ya que no sólo ha sido reconocido por varios testigos como uno de los viajeros de los trenes atacados, sino que un trozo roto del teléfono ha sido hallado en su locutorio. Pero también se le adjudica parte de la coordinación de los crímenes. Zougam está considerado un importante miembro de la rama de los ex combatientes afganos, una de las dos grandes alas de los radicales marroquíes integrada en Al Qaeda, y que participó en los crímenes de Casablanca. Este ciudadano marroquí fue incluido en un sumario de la Audiencia Nacional sobre el 11-S, pero no fue procesado. Marruecos pasó su nombre a las autoridades españolas, junto a otros 60, por su presunta relación con los ataques de Casablanca, donde estuvo hasta poco antes de los atentados del 16 de mayo de 2003.
- ¿Qué papel jugaron los otros dos detenidos vinculados al locutorio? Los investigadores están convencidos de que tuvieron relación directa con los atentados e, incluso, los consideran autores materiales. Mohamed Cahoui, un obrero nacido el 26 de junio de 1969 en Tánger, presumiblemente colaboró en la alteración de los teléfonos móviles, al igual que Mohamed Bekkali (Tetuán, 6 de junio de 1972), mecánico y que está doctorado en Físicas. Ése es el motivo por el que el juez Juan del Olmo los ha enviado a prisión incomunicada, aunque los dos han proclamado su inocencia.
- Los otros marroquíes detenidos, ¿qué hicieron? Los investigadores implican directamente en la masacre, e incluso consideran que tienen implicación en la autoría material, a dos de ellos: Mohamed Chedadi y Abderrahim Zbakh. El primero, nacido en 1966 en Tánger, es hermano de Said Chedadi, encarcelado por su presunta relación con una célula de Al Qaeda desarticulada en España tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Junto a sus hermanos tiene una tienda de venta de camisas al por mayor en la calle de Caravaca, en Lavapiés, muy cerca del locutorio telefónico Nuevo Siglo. Zbakh (Tánger, 1971) se licenció en Químicas en 1995, tras cursar estudios en la Facultad de Ciencias de Tetuán. Los dos están en la cárcel e incomunicados, al igual que el tangerino Abdelwahed Berak. También han sido detenidos tres hermanos: Farid, Khalid y Naima Oulad. El primero ya esta libre, el segundo cumplía condena por lesiones en Topas (Salamanca) desde 2001 y la tercera está arrestada "para ver qué puede saber". Los otros dos detenidos son Rafa Zuher y Faisal Alluch, pero apenas han trascendido datos sobre ellos. Naima y Rafa fueron enviados ayer a prisión.
- ¿Qué hizo el ex minero español? El papel de José Emilio Suárez Trashorras, detenido en Avilés (Asturias), es fundamental, ya que supuestamente, sin saber para qué lo querían, facilitó algo más de 110 kilos de explosivos (dinamita convencional gelatinosa recién fabricada) y una veintena de detonadores al grupo de marroquíes, vinculados con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí. Cobró en hachís, ya que desde que se jubiló por una enfermedad psiquiátrica ha trapicheado con esa droga y también habría hecho tratos anteriores con explosivos robados. La dinamita Goma 2, de gran potencia destructiva, magnificó la catástrofe.
- ¿Dónde se prepararon las bombas? Se supone que parte en el locutorio (donde supuestamente se prepararon los móviles y conectaron los cables que debían ir a los detonadores) y parte en una vivienda sita en los alrededores de Alcalá de Henares y que aún no ha sido localizada. Las bombas se habrían preparado por partes y el explosivo fue colocado dentro de bolsas de basura azul clara. En las bolsas de deportes (vulgares: la localizada es de loneta azul y con las asas de cuero) las introdujeron en el último momento para que pasaran lo más desapercibidas. Los preparativos duraron, como mínimo, un mes y medio.
- ¿Quién dio la orden? La policía afirma tener identificado al cerebro y a quién dio la orden desde fuera de España. Los investigadores no dudan en adjudicar la autoría a Al Qaeda, ya que dan todo el crédito al vídeo recogido junto a la mezquita central de Madrid, donde asume la autoría un portavoz militar de Al Qaeda para Europa. "Querían que desde el principio se supiera quién había sido, y por eso Al Qaeda lo ha reivindicado tres veces: la más fiable es la del vídeo", sostienen las fuentes consultadas.
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