Temor al conflicto israelí

El asesinato de Ahmed Yassin, líder espiritual del movimiento islámico Hamás, por parte del ejército israelí ha tenido repercusiones en el deporte español. El Pamesa Valencia pidió ayer a la Euroliga de baloncesto no disputar mañana en Tel Aviv su encuentro de la segunda fase del torneo contra el Maccabi. El máximo organismo europeo rechazó su solicitud, pero el club valenciano le comunicó su intención de no viajar a Israel, circunstancia que le supondría la pérdida del encuentro y una sanción del comité disciplinario. De todas formas, los dirigentes del Pamesa seguían negociando anoche con la Euroliga un aplazamiento. El Pamesa tenía prevista para hoy, a las diez y media de la mañana, su salida hacia Tel Aviv.

"Con la tensión y las amenazas que hay en Israel, no estamos preparados para jugar allí un partido en el que nos jugamos el pase a la final four", afirmó el entrenador del equipo valenciano, Paco Olmos. El conjunto valenciano solicitó un aplazamiento del encuentro o la designación de otra sede porque "no se cumplen las condiciones de seguridad mínimas", pero la Euroliga se mantuvo firme en su posición. "Si jugamos allí, no vamos a tener la cabeza en el baloncesto. Somos seres humanos y la preocupación de todas las familias es tremenda. Algunos jugadores están pensando más en el pánico que en el juego", añadió Olmos.

Riesgo de perder sin jugar

La postura de la Euroliga fue inamovible, como afirmó su delegado de relaciones externas, Vladimir Stankovic. Así, de no presentarse, al Pamesa se le daría por perdido. "En Jerusalén y Gaza la situación es más complicada", afirmó Stankovic. También el consejero de la embajada española, Eduardo Sánchez, afirmó ayer que el ambiente en Tel Aviv era de "calma y tranquilidad". "Hay un exceso de alarma. La gente está haciendo su vida normal. Hay tres días de luto oficial [hasta el viernes] y es muy raro que pase algo ahora", aseguró Sánchez.

La Euroliga decidió la temporada pasada trasladar dos encuentros de la Euroliga de Tel Aviv a Salónica por miedo a posibles atentados durante la guerra de Irak. Este curso, sin embargo, ha mantenido todos sus partidos en la ciudad israelí. Incluso Tel Aviv ha sido designada sede de la final four, entre el 29 de abril y el 1 de mayo, a pesar de las protestas, fundamentalmente españolas e italianas.