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CAMBIO POLÍTICO

Frutos dimite de su cargo en IU y la dirección apoya a Llamazares

Carlos E. Cué

La reunión de la presidencia de IU, convocada para analizar la gestión de Gaspar Llamazares, acabó con una carambola: el coordinador general salió reforzado -46 votos a favor de su análisis, 8 en contra y 2 abstenciones- y se llevó la inesperada y no pedida dimisión de su máximo rival. Francisco Frutos, secretario general del PCE, enfadado porque en la reunión muchos hablaron de renovación y de alejarse de la imagen de ese partido, dimitió de sus cargos en IU. "Si queréis renovación, empiezo por mí", dijo lacónico. Deja de ser coordinador de la presidencia y abandona la comisión permanente, aunque se mantendrá como miembro de la presidencia y del Consejo Político Federal.

Frutos presentó su dimisión al final de una reunión de cinco horas, y el cónclave se transformó en una especie de primera parte de la batalla por la sucesión en el PCE. Felipe Alcaraz, probable aspirante, le exigió unas explicaciones a su secretario general que no llegó a dar. Quedó así en evidencia la distancia entre ambos dirigentes, socios hasta hace poco.

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Dada la estrechísima vinculación entre el PCE e IU, resulta extraño que el máximo dirigente del partido hegemónico de la federación no esté en el órgano de dirección diaria.

Más votos en las europeas

La presidencia contó con un lleno absoluto. Se pidieron hasta 50 palabras. Salvo los minoritarios críticos, todos coincideron en la posibilidad de reforzar IU y recuperar

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en las europeas de junio el voto perdido ahora. La situación no es tan mala, dice Llamazares, porque sus cinco diputados tienen juego en el Congreso.

Aún así, se oyeron discursos duros, preocupados por el futuro de Izquierda Unida. Sobre todo por la posibilidad de que el enfrentamiento cainita les conduzca a un final precipitado. Rosa Aguilar, de nuevo escuchada con atención, dejó claro que la formación "no puede verse como un grupo de familias del PCE". Y consideró necesario que IU aparezca como una alternativa real, no siempre a la contra. En esta primera fase habrá que ayudar a los socialistas, dijo, si hacen, como es previsible, gestos hacia la izquierda.

Pese a la preocupación, prácticamente nadie cuestiona que IU puede recuperarse, que tiene espacio para crecer. Sobre todo entre los nuevos votantes, en el mundo de la antiglobalización, esos que esta vez apoyaron al PSOE sólo para echar al PP. Para eso tiene que modernizar su discurso. El futuro, con los socialistas en el el Gobierno, no se ve desastroso, sobre todo cuando su política gire hacia la derecha. En IU ya se ha extendido el chascarrillo: "Contra el PSOE vivíamos mejor".

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