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Entrevista:DIDIER DESCHAMPS | Técnico del Mónaco | FÚTBOL | Cuartos de final de la Liga de Campeones

"El entrenador es un incordio"

Didier Deschamps (Bayona, Francia; 1968) tiene sentido del humor. Le gusta reírse y achinar sus ojillos azules. Reconoce que su equipo, el Mónaco, es inferior a su rival del miércoles en la Liga de Campeones, el Madrid. Pero no parece que le preocupe mucho. Tiene la tez enrojecida por el sol del Mediterráneo, que se refleja desde el campo de entrenamiento, suspendido en un risco, por la luz de los espejos reflectantes y azules del mar. Campeón de la Champions con el Juventus en 2000, el técnico del equipo del Principado es quien más veces ha vestido la camiseta de Francia, 103. Fue campeón del mundo con ella en 1998 y jugó cinco temporadas en la Juve. Sus pupilos dicen que es "un cachondo" y que se siente más cercano al linimento de las botas que al olor de los puros del palco.

"A Zidane le faltaba madera de líder porque es muy humilde. Ahora está muy bien mentalmente"
"El Madrid flojea en los córneres. El pequeño problema es llegar y forzarles un córner"

Pregunta. Y, de repente, el Madrid...

Respuesta. Es una gran felicidad. Vamos a tener dos partidos muy interesantes para mis jugadores. Es un regalo. No en la cancha, desde luego, pero sí para los jóvenes de la plantilla y para el público. Va a ser mágico.

P. Pero, deportivamente, no ha sido una suerte.

R. Hay mucha diferencia entre los dos equipos. Nosotros somos una sorpresa, un hallazgo de última hora, y el Madrid lo es todo. A nosotros nos falta experiencia y a ellos les sobra.

P. ¿Dónde podría estar la clave de la pretendida sorpresa?

R. Todos los equipos tienen una oportunidad, aunque sea entre un millón o un millón de millones, como es el caso.

P. ¿Y qué tienen que hacer para que se dé esa posibilidad?

R. El Madrid tiene los mejores jugadores. Hay muchas cosas que no tenemos que hacer. Es importante anular a Zidane, sí, pero luego están Raúl, Ronaldo, Roberto Carlos...Tenemos que estar al ciento por ciento y ellos a menos de su tope.

P. Sea más concreto.

R. Lo primero es defendernos bien y no hacer faltas cerca del área. Además, hay que intentar jugar, atacar. El Madrid, cuando no tiene la pelota, es menos peligroso. El problema es que siempre tiene la pelota (risotada).

P. Pero ellos flojean en el juego aéreo, en los córners.

R. Sí, sólo que hay un pequeño problema y es que para forzar un córner hay que llegar a la portería contraria.

P. ¿Quién le preocupa más de los llamados galácticos?

R. Son todos importantes, pero cuando Zidane está bien su equipo es bueno y juega muy bien. Él tiene esa cualidad. Si juega, juegan todos. Es igual que en Francia: él da ritmo a todo el equipo.

P. Pero usted dijo que le faltaba madera de líder.

R. No, ya no le falta. Cuando era joven, le faltaba un poquito porque es muy humilde. Ahora está bien física y mentalmente. Es el mejor jugador del mundo.

P. ¿Dónde pone el acento en la preparación de sus jugadores?

R. La táctica es básica. También el aspecto físico. Si estás bien físicamente, compensas un poco los demás defectos. Si no, la situación en el campo puede compensar otras carencias. A veces se corre más de lo debido por no estar bien colocado. Lo más importante es tener equilibrio. Eso es lo más difícil. Cuando lo tienes, es muy fácil perderlo.

P. ¿Y en qué consiste exáctamente ese equilibrio?

R. En atacar y defenderse de manera equilibrada. No se puede atacar bien si no se defiende bien. Parecerá una banalidad, pero es la verdad. Y no solo defenderse, sino buscar siempre la mejor solución para todos: Morientes, Giuly... Y amarrar bien la defensa.

P. Usted, siendo tan táctico, ha decidido retrasar a Morientes y darle más libertad.

R. Morientes puede hacer todo porque, técnicamente, no tiene problemas con la pelota. Además, es tan inteligente que le dejo libre. Le gusta bajar y tocar el balón, pero también se puede quedar arriba. Lo importante es que es feliz. Lo veo cada día en su sonrisa.

P. Dicen que parece más un compañero que un técnico.

R. Me ha faltado tiempo para asumirlo. He pasado mucho como jugador. La diferencia es que como futbolista te limitas a hacer lo que dice el preparador, pero como técnico siempre estás planificando.

P. Pero son dos roles incompatibles y casi enfrentados.

R. Sí, el entrenador incordia y no le entiendes, de acuerdo, pero ahora estoy en la otra parte, qué se le va a hacer.

P. Usted cifra mucha parte del éxito en la mentalidad, ¿no?

R. No se puede trabajar la psicología. Los jugadores tienen la mentalidad adecuada o no. Pero, si la tienen, lo importante es cultivarla cada día entre todos. Hay líderes tácticos, técnicos, físicos, de ambiente... Hay muchos líderes. Cada uno tiene su gracia. Lo difícil es amalgamarlos a todos.

P. ¿Por qué los clubes franceses tienen tan buena cantera?

R. Trabajamos de una manera especial. Sucede desde hace mucho tiempo porque no hay dinero para comprar grandes jugadores.

P. ¿Está obsesionado?

R. Procuro que no. Lo difícil es no pensar en el fútbol. Me esfuerzo por desconectar en mis días libres. A veces, me escapo con mi familia y físicamente estoy en el sitio al que vamos, pero mentalmente pienso en el equipo.

P. Sólo tiene 14 jugadores útiles. ¿Se planificó mal el curso?

R. Planificamos mal. Antes teníamos demasiados jugadores que cobraban mucho y no iban a jugar. Ahora somos muy pocos. Si tenemos dos lesionados, todo se rompe. No se puede pedir a un joven lo mismo que a un veterano.

P. En realidad, eso es la política del Madrid de Zidanes y Pavones.

R. Sí, pero los jóvenes del Madrid son otra cosa y sus estrellas también. Los chicos de aquí no están preparados.

P. ¿De dónde salen los jóvenes del Mónaco?

R. No salen de Mónaco. Esto no es el País Vasco. Salen de cualquier lado, de donde sea. Desde luego, no son monegascos.

SCIAMMARELLA

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