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Reportaje:FUERA DE RUTA

Campeche, pura cordialidad

Un sorprendente rincón de la península de Yucatán, en México

Campeche es el Estado menos visitado de la península de Yucatán. Sus playas miran al golfo de México

y su naturaleza impresiona en Calakmul, reserva de la biosfera. Su capital, Campeche, es apacible y colonial, un lugar para el paseo y las compras. En el Estado (690.000 habitantes) hay más de una quincena de zonas arqueológicas mayas y espaciosas haciendas del siglo XIX convertidas en hoteles de lujo. Pero sobre todo está la hospitalidad de la gente campechana. La palabra "campechano" aparece en el Diccionario de la Lengua Española con el significado de persona "que se comporta con llaneza y cordialidad sin imponer distancia en el trato", que se basa precisamente en "la fama de cordialidad de que gozan los naturales de Campeche, tierra de vida placentera según la creencia popular". Y se nota.

La península de Yucatán es completamente plana. Tiene un clima semiseco, y la vegetación de manglar y bosque tropical nace reluciente. Apenas tiene ríos, pero sí cenotes, piscinas naturales que acumulan agua. Cerca de estos cenotes se asentaron los primeros pobladores mayas alrededor del año 600 antes de Cristo, hasta que Francisco de Montejo, El Mozo, fundó en 1540 la villa española de San Francisco de Campeche, iniciando un lento y a veces conflictivo proceso de mestizaje. Los majestuosos palacios y templos mayas ya estaban deshabitados cuando llegaron los españoles, y la población permaneció en lo esencial con sus costumbres, manteniendo su sistema social y la ilusión por reconquistar su territorio. Ilusión que perdieron en la guerra de las Castas, en 1847. Hoy, en el Estado existen más pueblos con nombre indígena que con nombre de santo; por ejemplo, Bécal, Nunkiní, Calkiní y Dzithalché o Pomuch.

Debido a los continuos ataques de los piratas, los españoles protegieron la próspera ciudad con una muralla hexagonal, dos fuertes y una serie de baterías defensivas. Campeche era el principal puerto de Yucatán para la exportación de maderas preciosas (palo de tinte), algodón y cera. Gran parte de la antigua muralla se perdió a finales del siglo XIX, cuando la ciudad creció a causa de la bonanza económica que trajo el comercio del henequén (pita fibrosa ideal para cuerdas). Hoy quedan los siete baluartes de los vértices convertidos en museos, los dos fuertes extramuros con unas vistas privilegiadas y las dos puertas principales: la de la Tierra y la del Mar, enfrentadas y rivales desde siempre, separadas por la perfecta cuadrícula de las calles. El fuerte de San Miguel alberga la colección más importante de figuras, estelas y cerámicas de la cultura maya. Es fácil orientarse y pasear por esta ciudad, amable de tamaño, con casas de colores pastel del siglo XVI, restauradas en el XIX y revalorizadas últimamente. Buen ejemplo es la casa número 6 de la plaza Principal, donde hay un centro cultural y el Museo de Historia Colonial. Las tiendas de artesanías y los restaurantes proliferan en el centro histórico, y los hoteles se ubican en el renovado malecón. Los mejores arenales de la zona son Saybaplaya y Si Ho Playa.

También en la costa, al sur, entre el mar y la inmensa laguna de Términos (4.000 kilómetros cuadrados), está Ciudad del Carmen, una ciudad-isla comunicada con el continente por puentes. Aquí se establecieron primero los mayas y luego los piratas. Hoy es la segunda ciudad del Estado. En la laguna desembocan los cuatro ríos de la península creando esteros llenos de peces. Es una de las áreas de reproducción de delfines más grande del mundo. Las mejores playas son Sabancuy y Manigua.

Al sureste del Estado se esconde la reserva de la biosfera de Calakmul, declarada patrimonio mundial de la Unesco. Gracias a la poca actividad humana, allí viven jaguares, tigrillos, monos y más de 300 especies de aves. Entre la tupida vegetación de la selva virgen casi intacta se encuentra un grupo de ciudades mayas comunicadas por senderos. En Calakmul, con 70 kilómetros cuadrados de superficie, se han descubierto más de 6.000 estructuras con casas, plazas, templos, centros ceremoniales, zonas de juego de pelota y gran cantidad de estelas que cuentan la historia de los mayas. La importante Edzná estuvo habitada desde el 600 antes de Cristo hasta el año 1000. Sólo una parte de sus 25 kilómetros cuadrados está estudiada, y se pueden visitar la plaza principal, la Gran Acrópolis y varios palacios y templos.

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Las ruinas de Edzná, una de las zonas arqueológicas mayas del Estado mexicano de Campeche, ocupan una superficie de 25 kilómetros cuadrados.
Las ruinas de Edzná, una de las zonas arqueológicas mayas del Estado mexicano de Campeche, ocupan una superficie de 25 kilómetros cuadrados.CARLOS DÍEZ POLANCO

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- Prefijo: 0052 981. Oficina de turismo en Madrid (915 61 18 27).

Cómo ir

- Iberia (902 40 05 00). Ida y vuelta en www.iberia.com, para viajar del 10 de abril al 31 de mayo, 507 más tasas.

- Aeroméxico (915 48 98 10). Madrid- Campeche (vía la capital), 993 euros. Desde México DF, 286,05.

Dormir

- Del Mar (811 91 91). Avenida de Ruiz Cortines, 51. Campeche. La doble, 84.

- Ocean View (811 99 99). Avenida de Pedro Sainz de Baranda y Joaquín Clausell, s/n. Campeche. 63.

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