El coche de ellas
Si cubres las expectativas de las mujeres, superarás las de los hombres". Con esta declaración, Marti Barletta, estadounidense experta en patrones de consumo femenino, ha ayudado a acabar con más de 100 años de dominio masculino en el mundo del automóvil. Por primera vez, un fabricante ha decidido dejar en manos de mujeres la concepción de un coche. El resultado es el YCC, un prototipo visionario que sorprende por sus ingeniosas y avanzadas soluciones.
Camilla Palmetz, ingeniera de la marca sueca, estaba convencida de la oportunidad que le brindaba la tesis de Barletta (expuesta en un seminario celebrado en el cuartel general de Volvo en Suecia) y propuso, en junio de 2002, a su presidente, Hans-Olov Olsson, desarrollar un prototipo diseñado por y para las mujeres. Olsson acogió con entusiasmo la idea, y, tras consultar los estudios de mercado (según los cuales en el 80% de las decisiones de compra de un automóvil intervienen mujeres), el proyecto recibió luz verde. En diciembre, Palmertz estaba al mando de un equipo de ocho mujeres, todas profesionales y con edades comprendidas entre los 28 y los 47 años.
Estrella en Ginebra
El YCC (Your Concept Car) se presentó en el último Salón de Ginebra, y aunque no tiene una imagen tan llamativa como otros prototipos despertó una gran expectación. A primera vista no difiere mucho de un coche actual, pero integra toda una batería de soluciones que mejoran aspectos como el atractivo estético, la facilidad de uso y conducción y la funcionalidad del interior. Y aunque no se fabricará en serie, Volvo piensa aplicar algunas de sus aportaciones en futuros modelos.
Un camaleón muy práctico
En la carrocería destacan las puertas verticales, que dejan más espacio libre que las normales y facilitan el acceso. Se abren automáticamente, igual que el maletero, cuando detectan que se acerca el propietario (por un sensor en la llave). Un detalle muy útil si se tienen las manos ocupadas. También destaca la pintura, que repele la suciedad y cambia de color con la luz solar: puede pasar de verde a dorado o de azul a amarillo.
El colorido y el sentido práctico se mantienen por dentro. Hay varias tapicerías para elegir, todas lavables y de quita y pon. Y entre los asientos delanteros lleva un gran cofre con dos compartimentos: el de arriba para el teléfono, el mando del garaje y otros objetos de uso habitual, y el otro, más grande, para el bolso. Además, las butacas traseras son como las de los cines: la banqueta se recoge en vertical si no se usa y permite utilizar el espacio para dejar bultos.
Conducción más simple
El YCC equipa un motor turbo de 215 CV que se desconecta en los semáforos y atascos para no contaminar. Va acoplado a un cambio secuencial e incluye un freno de mano electrónico (se conecta con un botón) que simplifica la conducción. Los pedales son regulables y se adaptan a cualquier zapato, incluso los de tacón de aguja; el acceso a los depósitos de gasolina y agua se realiza con un botón que abre dos trampillas y evita ensuciarse las manos o romperse las uñas; monta unas ruedas especiales que permiten circular unos 200 kilómetros con uno o varios neumáticos pinchados (para llegar al taller). Y el sistema de aparcamiento es automático: basta situarse junto al espacio libre para que el coche calcule el hueco, maniobre marcha atrás y aparque.
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