Màrius Serra destapa los interiores de la creación literaria y de la edición catalana

La aventura que narra Màrius Serra (Barcelona, 1963) en De com s'escriu una novel.la (Empúries) empezó a mediados de los años noventa, cuando el escritor y enigmista se propuso escribir Monocle, una novela sobre el fin de la fe en el arte y los mitos del arte contemporáneo. Una alta pretensión que terminó, en primera instancia, en "fracaso", según cuenta él mismo. Ahora desmenuza el proceso de escritura de esa obra en una "biografía" escrita desde el punto de vista creativo, vital e industrial.

Monocle se publicó finalmente en 2003 después de abrir un concurso en La Vanguardia para que los lectores le enviaran propuestas de conclusión. Pero durante su gestación, suscitó todo tipo de crisis en el autor. Desde la óptica de la creación y de la motivación, se encontró en un callejón sin salida, pero no sólo eso. También se vio envuelto en una serie de avatares que explican algunos de los altibajos que la industria editorial catalana ha vivido en los últimos tiempos -aparición de nuevos sellos tras el tiempo de la resistencia cultural antifranquista, premios dados de antemano, irrupción de agentes, conversión de muchos editores literarios en gestores, citados los protagonistas con nombres y apellidos. De la suma de todos los ingredientes y gracias o por culpa de un accidente que lo mantuvo inmovilizado un mes el verano pasado -tiempo para pasar revista-, aparece ahora De com s'escriu una novel.la.

"En la época en que empecé Monocle partía de un corsé estructural y eso me llevó a un fracaso estrepitoso", explica Serra. "Quizá sucedió que pesaba más la proyección del deseo de escritor de hacer una historia que la necesidad de escribirla. Me encontré en situación de tener que documentarme sobre cómo era el vidrio porque me había impuesto escribir sobre un chico que rompía un vidrio que resultaba ser una obra de arte. Pasé una crisis estructural clarísima, otra de motivación o de necesidad, y otra temática porque, vista ahora, la crisis del arte moderno me parece una filigrana intelectual que no me interesa demasiado". Llegó a un punto de no retorno: "Me preguntaba por qué hacía todo eso y si me había impuesto el oficio de escritor", cuenta.

De esa crisis nació el relato Documentació (La vida normal, premio Ciutat de Barcelona, 1999, incluido en De com s'escriu una novel.la), donde el narrador sucumbe al exceso de planificación y documentación en un colosal y metafórico accidente de circulación: "La experiencia consiste en aprender que no es lo mismo ser capaz de responder a todas las preguntas que te planteas que ser capaz de escribir una novela". Con La vida normal encontró "la voz, una manera de hablar de la vida teniendo en cuenta la literatura, teniendo en cuenta el relato que los escritores hacemos de la vida".

La muerte de una hermana, la enfermedad de un hijo, dos accidentes de circulación muy reales: la vida propia influye también en todo proceso de escritura, y así lo cuenta Màrius Serra en el libro: "De forma impúdica pero con la voluntad de que el relato pueda trascender lo particular y convertirse en universal". El autor ha invitado a Javier Cercas, autor de Soldados de Salamina, a presentar De com s'escriu una novel.la: "Es por este debate entre realidad y ficción, sobre hacia dónde enfocar la cámara. Sucede en el cine, con los making of, que funcionan como metáfora de orgullo industrial".

En literatura, el significado del cruce es distinto, según el autor de Verbàlia: "Si hay una evolución no es la muerte de la novela, anunciada millones de veces, sino su desplazamiento gracias a la capacidad inagotable de generar sentidos que tiene el lenguaje verbal. La mezcla de géneros que se cita cuando se habla de autores como Sebald, por ejemplo, es la constatación del poder omnívoro del lenguaje verbal. En este sentido, estamos donde hemos estado siempre, y creo que la literatura goza de una salud extraordinaria".