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Reportaje:MATANZA EN MADRID | Víctimas

Patricia no los conocerá

Dos hermanos de Santorcaz fueron quienes rescataron tras la explosión al bebé Patricia, la víctima mortal de menor edad

Hace justo una semana un desconocido rescató a Patricia, el bebé polaco de siete meses, que finalmente falleció, de uno de los vagones del infierno tras las explosión y la llevó hasta el Hospital infantil Niño Jesús. ¿Quién era aquél desconocido? Se dijo que se trataba de un médico residente que había encontrado a Patricia en el andén. Pero la historia no es exactamente así.

En realidad, el desconocido son dos hermanos, Ángel y Jorge Salamanca, de 21 y 23 años. Viven en Santorcaz, un pueblo de unos 600 habitantes cerca de Alcalá de Henares

. Estudian ingeniería aeronáutica y arquitectura técnica. Muchas mañanas su padre les deja en la estación de Torrejón donde cogen el cercanías hasta Nuevos Ministerios y desde ahí se dirigen hacia la Universidad.

Ese día los hermanos subieron en el segundo vagón del tren. Ángel se puso a escuchar la radio por los cascos y Jorge, música de Operación Triunfo. Cuando el tren ya estaba entrando en Atocha (cerca de la calle de Téllez) los jóvenes oyeron tres explosiones seguidas. Jorge pensó que era un accidente, pero cuando Ángel miró por la ventana y vio lo que vio, no dudó de que se trataba de una bomba. "Salimos de los últimos del vagón. Estábamos muy tranquilos. Se oían chillidos de mujer por todos lados y a hombres con la ropa hecha jirones huyendo del pánico. Había una hilera de muertos tirados como si fueran sacos de patatas...", cuentan con el horror todavía en los ojos.

Los hermanos decidieron volver sobre sus pasos a ayudar. Entraron en el primer vagón, donde los cadáveres se amontonaban, y alguien les entregó un bebé. Era Patricia. Tenía puesto un mono azul y un gorrito en la cabeza. Sólo se le veían unos inmensos ojos azules. No tenía apenas rasguños. Gemía más que lloraba.

En seguida los hermanos la llevaron hasta el centro de socorro de la estación. Un señor que apareció diciendo que era pediatra, dijo que la niña estaba "asmática".

Una UVI móvil trasladó al bebé hasta el Niño Jesús. Con ella estaba Jorge. Ángel no pudo subirse porque no cabían todos. En el hospital, la entregaron a los médicos.

Jorge llamó varias veces al hospital para interesarse por Patricia. "Siento una impotencia enorme al pensar que un bebé, como ella, no haya podido defenderse", dice.

El viernes, alguien de su pueblo le dijo que había oído por televisión que Patricia había fallecido. Decidió ir al hospital para que le contasen qué había pasado. "Me dijeron que murió sin sufrir". Después Jorge fue a Ifema para velar su cuerpo, pero no había llegado. Fue también al tanatorio de la M-30, pero tampoco estaba. Ahí dejó una nota a la familia dándoles el pésame. Ya no podía hacer más.

Ángel y Jorge Salamanca.
Ángel y Jorge Salamanca.JAVIER VILALLA

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