Estupor entre los expositores marroquíes

Madrid

"La feria este año está en coma. Esto es una ruina y no se va a solucionar. Ya podemos darla por perdida". Quien habla con tanta rotundidad es la encargada de uno de los expositores dedicados a la alimentación. Esta mujer asegura que, en los diez años que lleva acudiendo a la feria, nunca había visto una situación igual. Con ella coinciden muchos, incapaces incluso de que los pocos visitantes se acerquen a recoger un simple folleto de publicidad.

Mohamed Zahid, un joven marroquí, asentía a su lado mientras se comía un bocadillo al mediodía. Zahid, que tiene 25 años y lleva 13 viviendo en España, aseguró que no estaba vendiendo nada en su puesto de artesanía árabe. "Encima, algunos clientes se han acercado a insultarme porque soy árabe", explicó, bastante afectado. "Al día sólo estoy ganando entre 60 y 100 euros y eso, en una feria como ésta, es muy poco", añadió.

Las mujeres que acompañaban a Zahid intentaban animarle: "Tú no te preocupes, ya verás cómo todo se arregla". Pero Zahid tiene miedo. Asegura que en el viaje en metro que le ha traído desde Vallecas hasta el recinto ferial la gente que iba con él en el vagón le miraba "mal, con cara rara o bajaba la vista".

Otros compatriotas de Zahid también ayer tenían cara de aburrimiento en su expositor, situado también en la zona dedicada al turismo. Vienen de Marruecos por primera vez a la feria y pensaban que iban a poder hacer negocio. Pero llevan cuatro días sentados en su puesto dedicado a la venta de alfombras y espejos sin vender nada y con caras de aburrimiento. "La gente ni siquiera nos habla", explicó uno de los responsables del expositor, llamado Palais de L'Orient. "Nos pasamos todo el día sentados. Es nuestra primera vez en España y no sabemos si regresar antes de que termine la feria", añadió.

Estos hombres no quisieron valorar si les está perjudicando el hecho de que varios marroquíes hayan sido detenidos en relación con los atentados del 11-M.