La dirección de IU respalda a Llamazares pero le exige un replanteamiento del modelo
Rosa Aguilar señala que la caída no se debe sólo al voto útil y pide volver a los orígenes
El primer cara a cara de Gaspar Llamazares con la dirección a la que ha ofrecido su cargo concluyó en tablas. Sólo los minoritarios de la Corriente Roja piden su dimisión. La enorme mayoría de la Comisión Permanente le respaldó como coordinador general e incluso le reprochó que haya ofrecido su cese. No sirve para nada, dijeron. Las críticas no iban dirigidas directamente a él, pero fueron duras. Varios dirigentes, y sobre todo Rosa Aguilar, la alcaldesa de Córdoba, exigieron un replanteamiento del proyecto para volver a los orígenes de IU y alejarse del modelo dominado por el PCE.
Rosa Aguilar quiso dejar muy claro que no se puede culpabilizar de toda la caída de IU al voto útil hacia el PSOE determinado por las trágicas circunstancias en las horas precedentes a las elecciones. Tras varias intervenciones en un sentido similar, que hablaban de la grave debilidad organizativa de IU, que ha perdido fuerza y presencia en la mayoría de las comunidades, Gaspar Llamazares asumió la situación y ofreció una solución de compromiso: convocar una conferencia política y organizativa para después de las elecciones europeas.
Allí se tendrá que reformular el modelo de la federación. Aguilar pidió una "refundación" para volver a los orígenes de IU. Esta fuerza nació en 1986, en el ambiente de la protesta contra el referéndum sobre la entrada en la OTAN. Los promotores del "no" se juntaron al Partido Comunista de España para crear una nueva formación, surgida como un "movimiento político y social", lejos del modelo de los partidos tradicionales. Poco a poco, mucha de la gente y de los partidos que la crearon (PASOC, Izquierda Republicana) se fueron alejando de IU.
Aguilar no citó directamente la necesidad de que IU se aleje definitivamente del PCE, pero dio a entender esa idea. Lo cierto es que tanto ella como otros dirigentes señalaron la necesidad de que la federación recupere el contacto con la calle. Que se haga un trabajo fuerte en la militancia, en la base, para que IU recupere fuerza y pueda enfrentarse a un "vendaval de voto útil" como el que le sacudió en las últimas horas anteriores a las elecciones.
Felipe Alcaraz, que se ha quedado fuera del Parlamento, tenía muy claro que el voto útil ha hecho trizas las expectativas de IU. Dice que ya se dio cuenta de que algo grave pasaba cuando en su colegio electoral se le acercó una señora y le dijo: "eres mi político favorito, pero voy a votar a los socialistas, perdóname". El dirigente andaluz ha recibido centenares de llamadas en estos dos días. También la de Iñaki Anasagasti, el portavoz del PNV, que no sólo está preocupado por haberle perdido como diputado. También teme qué papel le va a dar a su personaje en el libro que está escribiendo el andaluz, una novela negra ambientada en los pasillos del Congreso.
Alcaraz hizo, como otros, como Aguilar, un discurso en dos fases. Por un lado está la inevitable alegría por haber participado en la expulsión del PP del poder. Dice que la gente no para de felicitarle por la calle en Sevilla, como si él fuera socialista, sin darse cuenta de que se ha quedado fuera del Parlamento. Pero por el otro está la grave crisis. Alcaraz exigió a Llamazares que trate de ampliar las responsabilidades, que cuente con todo el mundo. Sostiene que IU no es tan pequeña, que el problema es que tiene mucha gente infrautilizada, tal vez por falta de confianza unos en otros.
"Error mediático"
Algunos dirigentes han criticado insistentemente el personalismo de Llamazares, que trabaja con pocos colaboradores de su absoluta confianza. Ayer también había reproches porque el lunes ofreció una rueda de prensa, sin consultar con los órganos, en la que analizó el resultado y puso su cargo a disposición. Algunos lo calificaron de "error mediático", porque da una sensación de derrota aún mayor de la real. Sobre todo cuando nadie de la mayoría plantea que Llamazares abandone un liderazgo en el que ha sido confirmado hace dos meses.
Ante las críticas por esta decisión, Llamazares explicó que era una cuestión personal. Que necesitaba hacerlo por "vergüenza política", después de un resultado tan negativo.
También hubo reproches a la ley electoral. Según explicaba Alcaraz, el diputado de Córdoba, por ejemplo, se ha perdido pese a obtener el 9,69% de los votos. Todo culpa del sistema de circunscripciones provinciales.
Sólo la Corriente Roja, liderada por Ángeles Maestro, pidió la dimisión del coordinador y una asamblea extraordinaria. Este grupo considera que todos los males de IU se deben a que se ha acercado demasiado al PSOE hasta hacer imposible su diferenciación.
A partir de ahora, según Llamazares, queda el juego político con esos cinco diputados, dos de ellos de Iniciativa per Catalunya, que pueden ser decisivos para aprobar leyes de contenido social. Y a apoyar al PSOE, aunque "sin ningún cheque en blanco".
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