El arrollador avance de los socialistas otorga un triunfo histórico a los partidos de izquierda en la comunidad gallega. El PP pierde ocho puntos porcentuales respecto a 1999
El arrollador avance del PSOE otorgó ayer a la izquierda un triunfo histórico en Galicia. Aunque el PP se mantuvo como la fuerza más votada por la división en esta comunidad entre socialistas y nacionalistas, la victoria de la izquierda resultó incontestable. Los votos sumados de PSOE, BNG e IU superaron la cota del 50% en una comunidad autónoma históricamente volcada a la derecha. La derrota del PP, que perdió ocho puntos porcentuales con respecto a 1999, resulta más dolorosa y frustrante para los populares por las expectativas que había generado la posibilidad de que un gallego, Mariano Rajoy, se convirtiese en presidente.
La factura por la crisis del Prestige que el PP había logrado limitar en las elecciones municipales de 2002 se agrandó ayer espectacularmente, un año y medio después de la catástrofe ecológica y la enorme movilización social que desató. La derrota de Rajoy quedó ilustrada con elocuencia en Pontevedra, la provincia donde reside desde su juventud. La candidatura que encabezaba su mujer de confianza, la ministra de Sanidad, Ana Pastor, sufrió un retroceso de ocho puntos porcentuales y cedió dos escaños, uno de ellos que no se elegía al perder población la provincia en los últimos cuatro años. El PP sólo logró mantener el tipo en su feudo tradicional de Ourense. Pero incluso perdió también un diputado en Lugo, otro de sus principales graneros de votos.
El avance del PSOE resultó avasallador, a costa no sólo del PP sino del BNG, su rival por la izquierda, que reduce su representación de tres a dos diputados. Los socialistas subieron 13 puntos porcentuales con respecto a 1999. Ganaron dos escaños en A Coruña, otro en Pontevedra y otro en Lugo. El resultado en esta última provincia, donde la candidatura socialista estaba encabezada por el secretario de Organización, José Blanco, fue de los más sorprendentes. Los socialistas alcanzaron un hito histórico con una subida de 15 puntos porcentuales que le permitió empatar a dos escaños con el PP.
La ventaja de la izquierda sobre los populares fue especialmente holgada en las dos provincias costeras, A Coruña y Pontevedra, donde la suma conjunta de socialistas y nacionalistas supera con amplitud el 50% de los votos emitidos. En A Coruña, el crecimiento del PSOE le lleva a rozar el 40%, unos resultados que no obtenía desde la época de los Gobiernos de Felipe González. El PP se enfrenta ahora a una delicada situación para buscarle un sustituto al presidente de la Xunta, Manuel Fraga, antes de las autonómicas de 2005. Los populares habían pospuesto ese trance para después de los comicios de ayer y contaban con afrontarlo confortablemente tras una victoria.
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