Colas y empujones para votar
La alta participación de los andaluces en la votación de ayer provocó grandes aglomeraciones en muchos colegios
El mejor lugar para vender cupones ayer no era un bar bullicioso, ni una esquina transitada. El mejor sitio era la puerta de un colegio electoral.
Así lo intuyó Ramón, un vendedor de la ONCE que cogió por la mañana su silla plegable y su tira de los ciegos y se colocó en una de las entradas del Instituto de Enseñanza Secundaria Luca de Tena, en el barrio sevillano de Nervión: "Está viniendo muchísima gente a votar (...) Aunque tampoco es que esté vendiendo muchos [cupones]".
Dentro del instituto, la misma escena se repetía una y otra vez: "Mejor volvemos luego... ¿A qué hora cierran?"
En Sevilla, al igual que en muchas partes de Andalucía, las colas y las aglomeraciones de electores fueron constantes. A las 14.00, la participación era cinco puntos mayor que la que se registró en las elecciones generales y autonómicas de 2000. A esa misma hora, el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, ya anunció que "la participación podría marcar un récord histórico".
Orlando Sánchez, uno de los interventores de Partido Socialista en el Instituto Luca de Tena, contaba que nunca había visto tanta gente en unas elecciones. Este centro de enseñanza de Nervión, feudo tradicional del PSOE, siempre ha registrado una alta participación, pero comentaba que en esta ocasión aún había más: "Otras veces, la gente solía venir en oleadas, pero hoy vienen un montón de personas de forma constante desde las 10.30". Sánchez explicaba que, pese a tener tan sólo 26 años, ya ha participado en tres elecciones. "Nunca he visto nada así: la gente se me acerca cuando ve la identificación del PSOE y me dicen que están mosqueados por todo lo que está pasando. Están cabreados".
En el Instituto Polítecnico del barrio sevillano de Los Remedios no había tanta sensación de malestar. Esta es una zona de voto clásico para el Partido Popular y los interventores populares superan por mucho a los del resto de partidos. Pero en este colegio, la afluencia también fue masiva. "Es el año que más gente he visto". Esperanza tiene 80 años y lleva desde que se celebraron las primeras elecciones en 1977 yendo a votar a este mismo colegio: "Claro, que también es verdad que ha venido a votar aquí este señor". "Este señor" era Javier Arenas, vicepresidente segundo del Gobierno.
En Málaga también hubo momentos "de verdadero agobio" como el que soportaron María Isabel Antúnez y Fernando Vázquez, vocales del colegio público Gloria Fuertes en el barrio de El Perchel, cuando se encontraron con colas que llegaban hasta la calle. "Hasta una hora y media han tardado algunos en votar", precisaba el interventor socialista. Comenzaron a llegar a las 11.30 y los vocales no tuvieron tiempo "ni de mirar el reloj" hasta pasadas las dos de la tarde. "Son las cuatro y hace un rato hemos vaciado la urna del Senado", contaba Fernando. Ya no cabían más papeletas.
A la candidata número uno del PSOE al Congreso por Málaga, Magdalena Álvarez, también le tocó hacer cola. Tuvo que esperar media hora en el colegio de la asociación de mayores de El Palo.
Los vocales y presidentes de mesa definieron la participación de los malagueños como "constante y fluida". Los que están más acostumbrados a esto, sobre todo los interventores del Partido Popular y del Partido Socialista, aseguraban que la afluencia había sido mucho mayor que en los anteriores comicios.
A las puertas del colegio Giner de los Ríos en Cruz de Humilladero, uno de los distritos de más población de Málaga, un encuestador aseguraba que el día había sido "movidito", sobre todo por la mañana. "Los mayores son a los que más les cuesta decir el voto, con los jóvenes es coser y cantar", contaba.
A las cinco, cuando ya había votado más de la mitad de los censados en la capital malagueña, todavía quedaba alguna despistada que había ido a votar, con perro y todo, pero se había equivocado de colegio.
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