_
_
_
_
Reportaje:

Ni papeles ni papeletas

Los inmigrantes, sin derecho a votar salvo que tengan nacionalidad española, temen rechazos tras los atentados

Tereixa Constenla

La marroquí Khadija Fadel, de 36 años, acudió ayer con su hijo Ismael, de ocho, a votar al colegio Tierno Galván de El Ejido por cuarta vez. Ella y su familia no han parado de pensar en los últimos días sobre lo sucedido en Madrid. "Eso duele mucho. Ese día ni siquiera pudimos comer al ver el horror por la televisión. Es como si le hubiera ocurrido a alguien de nuestra familia", comentaba a pie de urna. La relación de Fadel con la comunidad extranjera de El Ejido es intensa, dada su larga permanencia en el municipio (13 años). Ayer no ocultó la preocupación de sus paisanos ante el giro dado en las investigaciones sobre los atentados y la detención de tres marroquíes.

La sombra de los acontecimientos xenófobos ocurridos en febrero de 2000 planea de nuevo, a juicio de Fadel, sobre los extranjeros: "Después de la noticia la comunidad marroquí está muy mal y lo va a pasar mal en España, porque nos señalarán por la calle aunque no hayamos hecho nada. Ya nos pasó hace cuatro años". También Gregorio Gomes, oriundo de Guinea-Bissau y con nacionalidad española, teme que empeore la situación: "Siempre nos han mirado mal pero ahora, a pesar de que estamos afectados, nos ven peor".

Más información
Chaves logra mayoría absoluta y hunde al PP

"Estamos tocados, muy dolidos por lo que ha pasado", señaló ayer el presidente de ATIME en Andalucía, Kamal Rahmouni. "La sociedad española es muy madura y sabe distinguir, si hay grupos que confunden se van a equivocar", aduce.

Gomes y Fadel son de los pocos inmigrantes con derecho a votar, de lo que sólo se benefician entre 400 y 600 africanos que residen en Andalucía. Gomes, que preside la Plataforma de Asociaciones de Inmigrantes de Andalucía, reivindica el derecho al voto de los inmigrantes en las elecciones municipales como un método para favorecer la integración.

Entre la comunidad musulmana de Granada, donde residen unas 20.000 personas, también se aprecia un temor al incremento del racismo, informa Manuel Altozano. "Las nuevas pistas pueden provocar cierto racismo hacia nosotros, pero la comunidad ya ha condenado tajantemente los atentados", recalcó Mustafá, marroquí nacionalizado que regenta un restaurante.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_