Muere a los 98 años el cardenal König, progresista y pionero del ecumenismo
Fue arzobispo de Viena durante 29 años y uno de los grandes reformadores del Concilio Vaticano
El viernes por la noche falleció en Viena, a los 98 años, el cardenal Franz König, uno de los jerarcas más influyentes de la Iglesia católica. Progresista, enfrentado a los inquisidores, protector de los teólogos libres y fustigador del telón de acero que separó a Europa, König promovió algunas de las orientaciones aperturistas del Concilio Vaticano II y se distanció numerosas veces del talante doctrinalmente cerrado y rígido que, por mandato de Juan Pablo II, impuso más tarde el cardenal Joseph Ratzinger. La última vez que alzó su voz fue hace tres años, para defender al teólogo jesuita belga Jacques Dupuis, al que de la Congregación para la Doctrina de la Fe -ex Santo Oficio de la Inquisición- censuró por "desviaciones doctrinales" en el libro Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso.
Dupuis, de 80 años, es profesor jubilado de la Universidad Gregoriana de Roma. "Me ha dejado fascinado su libro", escribió König en un alegato público titulado En defensa del P. Dupuis. "Mi función no consiste en aconsejar a la congregación doctrinal, pero no puedo permanecer en silencio, porque se me parte el corazón cuando veo hacer un daño tan obvio al bien común de la Iglesia de Dios. La Congregación tiene perfecto derecho a salvaguardar la fe -aunque aún lo hace mejor cuando la promueve. El presente caso, sin embargo, es seguramente un signo de que se están extendiendo prematuramente la desconfianza, la sospecha y la desaprobación respecto de un autor que tiene las mejores intenciones y que ha adquirido grandes méritos en su servicio a la Iglesia católica", añadió. También defendió a quienes tratan de "roturar un nuevo terreno teológico".
El cardenal König impulsó el diálogo entre la Iglesia católica y la socialdemocracia. Se le conoció como "conciencia de la nación" de Austria. También fue pontífice reconciliador entre las confesiones cristianas. Algunos le llamaban el "cardenal rojo". Era el segundo en edad entre los cardenales, después del italiano Corrado Bafile, de 100 años. Durante 29 años, hasta septiembre de 1985, dirigió la archidiócesis de Viena. Como pionero del ecumenismo y por encargo de los papas Juan XXIII y Pablo VI, realizó importantes tareas al servicio de la diplomacia vaticana con el Este europeo. Su visita al patriarca ecuménico de Constantinopla, Atenagoras I, en Estambul en 1961, constituyó el primer contacto oficial entre católicos y ortodoxos desde la escisión de 1054. Tres años después, se produjo el encuentro entre Pablo VI y Atenágoras, que llevó a la anulación de la condena que Roma había impuesto a Constantinopla nueve siglo antes.
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