"Ganar ya no es una obsesión; ahora jugamos"
Acabada la Copa del Mundo de Francia, el Barcelona fichó en 1998 a Philip Cocu (Eindhoven, 1970). Pese al exceso de holandeses, la llegada del centrocampista del PSV generó tal viento a favor que incluso Johan Cruyff aplaudió la idea de Louis van Gaal, el entrenador. Desde entonces, Cocu, un centrocampista zurdo de llegada demoledora, ha recorrido casi toda la pizarra hasta convertirse en el pivote del dibujo de Frank Rijkaard, el técnico actual, y, por acumulación, el jugador extranjero que más partidos (194) de la Liga ha disputado con el Barça, motivo de sobra para ser uno de los capitanes de un equipo que, por su distribución sobre el césped, recuerda a veces al del curso 1998-99, cuando Rivaldo ejercía de Ronaldinho.
"Ronaldinho hace cosas increíbles. Pero las hace para que repercutan en el equipo"
"Hemos comprendido que, si sales al campo y te sientes bien, si estás cómodo, juegas bien"
Pregunta. El Barcelona perdió el pasado jueves, en Glasgow (1-0 para el Celtic), su primer partido después de nueve victorias consecutivas. ¿En qué medida puede afectar este traspié en la Copa de la UEFA a la visita liguera de hoy al colista, el Murcia?
Respuesta. Éramos conscientes de que la derrota podía llegar en cualquier encuentro. Nadie gana siempre. Eso, sin reparar en los distintos torneos y rivales. Pero estamos preparados para que no nos influya. El conjunto se mantuvo en Escocia en una línea correcta y los jugadores no estamos preocupados.
P. Rijkaard ha tardado en encontrar esa línea de juego y, previamente, una alineación.
R. Es lógico que le costara, que no le resultara sencillo. Lo nuevo necesita un tiempo para adaptarse. Ronaldinho y el resto de los fichajes precisaban un tiempo y Rijkaard debía conocernos y nosotros a él. Trabajamos cada uno al ciento por ciento pensando en el bien del equipo y conseguimos lo que buscábamos. Pero, si rebajamos la constancia o dejamos de pensar como grupo, lo pagaremos. Por eso no debemos dejar que las críticas y cualquier derrota generen nuevas dudas.
P. ¿Les afectaron las críticas que en octubre llegaron desde todos los puntos y estamentos del club, incluso desde la propia directiva y los despachos técnicos?
R. Sinceramente, no las noté. Aquí, por derecho, la gente opina, en especial si las cosas van mal. Pero nosotros tenemos los pies en el suelo. Es cuestión de equilibrio. De los que hablan, algunos tendrán razón. Pero a nosotros deben influirnos lo justo.
P. Equilibrio, una palabra muy de moda dentro y fuera del campo. ¿A qué se refiere?
R. Se trata de no caer en el pánico ni en la euforia, de saber mantener la calma. Mentalmente, no debes dejarte influir porque éste es un club muy grande. Por otra parte, en la cancha hay que compaginar el ataque y la defensa para cuadrar el balance: las piezas tienen que encajar, juntarse, ofensiva y defensivamente.
P. ¿Por ejemplo?
R. Si Davids presiona, yo tapo; si Xavi sube, yo me dejo caer a una banda. Si tengo que subir el balón o acompaño una jugada, son ellos quienes cierran. Se trata, sobre todo, de jugar con naturalidad y estar a gusto en el terreno. Es básico seguir una línea sólida en la que, incluso en un mal día, el equipo sea competitivo. Creo que una de las razones de haberlo conseguido al fin ha sido librarnos de la obsesión por ganar.
P. Después de tanto perder, ¿ganar no es lo más importante?
R. Es lo más importante. Siempre quieres ganar. Pero convertirlo en una necesidad te condiciona y limita tu capacidad. Creo que el equipo ha comprendido que lo primero es jugar y que, si sales al campo y te sientes bien, si estás cómodo, juegas bien. Y para ganar lo mejor es jugar bien, tranquilos, sueltos.
P. El mejor ejemplo es Xavi. Está tan cómodo que se sale.
R. El rendimiento de Xavi ha sido importantísimo para el equipo. Rijkaard lo ha subido una línea y ahora es más peligroso. Llega y da pases. Es muy bueno para nosotros. Juega como lo hacía yo cuando vine al Barça, pero en la otra banda. Ahora yo estoy solo en el pivote, en una posición nás defensiva, y parece que hay menos gente en el medio del campo, pero, cuando el equipo juega junto, por delante y por detrás se ayuda al mediocampo y eso no se nota.
P. ¿No es un cuadro muy joven para determinadas exigencias?
R. Es joven en muchos detalles. Tiene ganas, es valiente... Tiene mucho futuro. Mirad a Ronaldinho, Xavi, Saviola, Puyol, Luis Garcia...
P. ¿Es Ronaldinho el líder del equipo?
R. Ronaldinho es un jugador impresionante. ¿No ve lo que hace? Es espectacular y efectivo, pero, además, me gusta porque se compromete con el equipo. Hace cosas increíbles porque juega como le sale, pero las hace para que repercutan en el equipo, no por beneficio propio. Es un crack y muy joven. Parece que todo lo hace fácil.
P. Quien no lo tuvo precisamente fácil fue Rijkaard. ¿Temió que se repitiera la historia de sus antecesores?
R. En octubre o noviembre estaba peor que ahora, que puede trabajar más tranquilo. Pero lo ha llevado bien. Incluso en su etapa de jugador ya estaba acostumbrado a la presión. Para mí, es el mismo entrenador que ya conocía de mi selección nacional. Afortunadamente, no se ha llegado a los extremos del curso pasado. La destitución de Van Gaal fue la época más dura que he vivido en el Barça.
P. ¿No era de prever después de entrenar al equipo por segunda vez en muy poco tiempo?
R. Era una apuesta muy arriesgada. Empezamos muy bien y, de golpe, caímos en picado. Justamente cuando pensamos que habíamos encontrado el camino todo se derrumbó y fue imposible reconducirlo. Para mí, fue el momento mas complicado desde que llegué al Barça. Acabamos luchando por la Copa de la UEFA y todos estábamos acostumbrados a pelear por la Champions. Fue muy duro.
P. Empezaron esta temporada mirando al cuarto puesto y ahora están cerca del tercero. ¿Cuales deben ser sus aspiraciones a tenor del progreso del conjunto?
R. Hay que pensar en el tercer puesto y mirar, paso a paso, hacia arriba. Pero no podemos perder. Ya perdimos demasiado.
P. Usted, especialmente. Cambió el PSV por un equipo ganador y resulta que pocos títulos ha ganado.
R. A nivel de campeonatos, no he cubierto las expectativas. Una Liga y una Copa no son precisamente lo que esperaba. Me ha tocado vivir una época mala, pero no hay equipo que gane durante diez años seguidos. En momentos puntuales nos ha faltado un poco de suerte. En la semifinales de la Liga de Campeones, por ejemplo. El éxito y el fracaso están demasiado cerca. A veces se pierde o se gana por un pelo.
P. ¿Compensa la capitanía y saber que se ha convertido en el extranjero que más partidos ligueros ha disputado en la historia del Barcelona?
R. Nunca pensé en ganar este titulo cuando fiché por el Barça. El capitán es Luis Enrique. Pero sé lo que represento cuando me pongo el brazalete si él no juega y eso me honra. Lo de los partidos habla de que he jugado mucho y eso es lo que siempre he querido hacer. Ser el extranjero que más veces ha defendido al Barça es muy importante para mí.
P. Dicen quienes le conocen que usted, ante todo, es un buen chico. ¿Se definiría como tal?
R. No lo sé. Me da apuro hablar de mí. Es mejor que lo hagan otros.
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