CARLOS TORTOSA GARCÍA / Un químico de Repsol

"Murió en uno de los trenes. Se dirigía a Atocha a coger el AVE". Carlos, de 31 años, había estudiado mucho para convertirse en químico y ahora trabajaba para Repsol en Puertollano, adonde se dirigía cada día. Un poco más de una hora de trayecto. La noche anterior, su mejor amigo, Alejandro Carton, le llamó por teléfono para ver juntos en televisión el partido del Real Madrid contra el Bayern de Múnich: "No, tío", le dijo, "que luego me lías y mañana tengo que coger el tren". Y lo cogió, como siempre, alrededor de las siete y media en la estación de San Fernando de Henares, donde vivía junto a los suyos. Nunca llegó a subirse al tren de alta velocidad. "Era el puro centro de la familia, el mayor que siempre nos protegía", dicen a dúo Ernesto y Roberto, de 28 y 30 años, altos y delgados. "Él era un buen hijo, no un protestón como yo", añade Ernesto. Ambos son dos de los cuatro hermanos del fallecido, los únicos que podían articular palabra entre los reunidos ayer en el velatorio número 6 del cementerio jardín de Alcalá. Los amigos recuerdan emocionados su entrega a cada uno de ellos, y para describir a Carlos todos remiten a Alejandro Carton, el nombre de su colega y mejor amigo. "Era un artista, sencillo, tranquilo", recuerda Carton. "Se cuidaba mucho, de joven jugó al fútbol americano y ahora iba al gimnasio habitualmente. Salíamos de copas por Coslada, por Madrid, lo pasábamos de miedo y ya le estoy echando de menos. Ha dejado un vacío muy grande". Alejandro Carton comenta también cómo participaron juntos en la masiva manifestación contra la guerra del año pasado. "Él era pacífico y decía que nos habían metido en una guerra sin nosotros quererlo. Y ahora, ya ves... si es verdad lo que dicen, mira quién ha ido a pagar por ello".