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MATANZA EN MADRID

Edgar Morin: "El fundamento de la ética es la resistencia a la crueldad"

El pensador es investido 'honoris causa' por la Universitat

Ferran Bono

La solemnidad de la investidura como doctor honoris causa por la Universitat de València del reputado pensador francés Edgar Morin adoptó ayer un carácter especialmente emotivo con el recuerdo de las víctimas del atentado de Madrid. "Al final, el fundamento de la ética para mí es la resistencia a la crueldad del mundo", afirmó Morin en su discurso. "Lo peor es ver regresar la idea bárbara de responsabilidad colectiva, que castiga a una familia, a una población, por el crimen o supuesto crimen de una persona o un Estado", añadió.

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Morin agregó esta última frase de su puño y letra en la intervención preparada con anterioridad a la reciente matanza. Así modificó el cariz de un acto que empezó en el claustro de la Universitat con cinco minutos de silencio en recuerdo de los muertos en Madrid.

Sociólogo, politólogo, periodista, epitemólogo, Morin (1921) es también un "pensador de los conflictos, del dolor y de las crisis", en palabras que la profesora Ana Sánchez expresó en su Laudatio. Y a juzgar por la expresión y los comentarios posteriores de algunos presentes, la clarividencia y el humanismo del autor de Ciencia con consciencia llegó al público, que le aplaudió largamente.

Morin recordó el precepto de Kant que "considera al otro como fin y no únicamente como medio", y dijo, en su castellano de acento francés: "Pero lo peor es considerar a los otros como objetos, objetos a destruir: eso implica denegar que el otro es un sujeto con consciencia. Que su vida está hecha de amor; de su familia, de niños, maridos, mujeres, amantes; de amistad, y que merece protección en el sufrimiento y en el infortunio. Lo peor, desde el punto de vista humano, ético y político, es negar la identidad humana de otro que puede ser torturado o matado".

A continuación, criticó la mutilación y perversión de la idea de nación "monoétnica y tal vez monorreligiosa", lo que produjo "las dos enfermedades infantiles de los nacionalismos, que conocimos nosotros, los europeos; la purificación étnica y la sacralización de las fronteras". Y citó el caso de los estados balcánicos y la guerra de Yugoslavia.

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Formulador del llamado paradigma de la complejidad -"que cuenta con la incertidumbre, la duda y el desorden, con la indisolubilidad en las profundidades de nuestro pensamiento del par sapiens / demens", explicó Sánchez-, Morin afirmó que "la perspectiva histórica para el siglo XXI es constituir una unión planetaria que respete la diversidad de naciones y culturas".

"Podemos concebir violencias como recurso último de la existencia cuando hay opresión total, cuando no hay democracia, cuando no hay libertad de expresión. De otro modo, es una locura sangrienta. Acabó la ilusión de una violencia revolucionaria que daría luz a un mundo mejor por la razón muy evidente de que la utilización sistemática de medios violentos pervierte sus fines y los medios se transforman en fines", aseveró. Y puso de ejemplo "la tragedia de la Unión Soviética" o la degradación de una guerrilla como la colombiana.

De origen familiar sefardí, Morin, director del Centro de Estudios Interdisciplinares de la Escuela Superior de Ciencias Sociales de París, se comprometió de muy joven con la defensa de la República española; luego se integró en la resistencia francesa; ingresó en el Partido Comunista Francés, del que fue expulsado por sus críticas al doctrinarismo; se interesó por el Tercer Mundo, viajó por Suramérica y realizó también estudios de comunicación y cine, entre otras numerosas disciplinas.

"Hoy en día, el desencadenamiento sin límites de la violencia en el nivel planetario ha culminado en un ciclo infernal donde el maniqueísmo alimenta la violencia" y a la inversa, agregó el autor de Pensar Europa.

Morin incidió en que los terroristas "no pueden comprender la humanidad de los humanos que matan". "Nosotros debemos comprender los caminos psicológicos, ideológicos y sociales que conducen al terror criminal". Y para conocer la raíz de estas perversiones, es fundamental el papel de la educación y, frente a la locura, "mantener la luz de la razón".

Acabó lamentando que Francia no dedicara ayer un día de luto en solidaridad con España, no sin antes subrayar que el recuerdo de las víctimas de una barbarie ha de ayudar a la resistencia de la crueldad del mundo.

Predominio de la razón

El rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, expresó su voluntad de que el acto de investidura, celebrado ayer en día de duelo, sin el habitual acompañamiento musical, "signifique el predominio de la razón sobre la barbarie, de las palabras sobre la violencia, del debate y la discusión sobre la irracionalidad y el fanatismo". Y añadió el rector en alusión al rechazo al brutal atentado terrorista: "Hemos de seguir, hemos de seguir trabajando, hemos de seguir luchando".

"Ninguna otra cosa como la esperanza justifica la existencia del intelectual y motiva el reconocimiento que se le concede a la persona de Edgar Morin", dijo el rector después de citar las palabras del pensador francés: "La consecución del esfuerzo desesperado que, en el humano, toma la forma de la resistencia a la crueldad del mundo, es lo que yo llamaría esperanza". Tomás acabó diciendo que hay que "trabajar para transformar el silencio de los muertos, los lamentos de los heridos y el clamor de toda la sociedad en un cántico de esperanza".

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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