Los libreros denuncian que las comunidades autónomas exigen requisitos "casi ilegales"
Los planes de fomento de la lectura deberían promover el espíritu crítico, según el sector
Los libreros reconocen que se lee más y piden a las administraciones que el fomento de la lectura se centre en la calidad más que en la cantidad. Reclaman más lectura reflexiva y espíritu crítico, y que las empresas patrocinadoras estén relacionadas con el mundo del libro. Solicitaron ayer que no se les exija servicios propios de bibliotecarios para ganar un concurso público y que se rubrique un pacto con las comunidades autónomas para que sean ellos quienes suministren al sector. Pidieron el cierre de la librerías durante la tarde de por los atentados de Madrid.
La segunda jornada del 19 Congreso Nacional de Libreros trataba ayer en Málaga el fomento de la lectura con una nutrida representación de bibliotecarios. "No hay que olvidar que el público que usa las bibliotecas coincide cada vez más con los lectores habituales y con los compradores de libros", dijo Hilario Fernández de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
Unos 200 libreros descubrieron formas de fomentar la lectura que iban más allá de las tradicionales actividades lúdicas o el regalo de marcapáginas y productos de mercadotecnia. La gerente del Pacto Andaluz por el Libro, María Luisa Torán, destacó el papel de los clubes de lectura en Málaga- en los que participan sobre todo mujeres de más de 30 años- y los buenos resultados de los servicios de lectura para pacientes que acogió la planta de traumatología del hospital Carlos Haya en la misma ciudad. Torán denunció un descuido en el aprendizaje de la lengua "a secas", y que se puede apreciar en la dificultades que tienen los adolescentes en la comprensión de textos literarios. Pidió a los libreros que fomenten actividades como los certámenes de cuenta cuentos y aprovechen el trato directo con los clientes.
"El último eslabón de la cadena", como definió Torán a los libreros, escuchó de boca de Hilario Fernández cómo Peñaranda de Bracamonte, un municipio salmantino de 6.500 habitantes, ha superado 11 veces la media española de préstamos (0,77 préstamos por habitante y año) y participa activamente en las actividades de una casa de cultura que tiene como eje principal una biblioteca pública. Fernández destacó que la población lectora (un 53%) "aumenta de forma lenta, pero constante" y subrayó que, "frente a lo extendido sobre la lectura de jóvenes y adolescentes son ellos los que tienen los índices de lectura más altos", ya que- según datos el Ministerio de Cultura- el 70% de la población lectora tiene entre 14 y 24 años.
El subdirector general de Promoción del libro, Luis González, señaló que el plan de lectura de Cultura, que partió en 2001 con un presupuesto de 25 millones de euros, cuenta con una previsión de 37 millones para 2004, y tiene una aportación privada de 14 millones.
La participación de empresas ajenas al mundo del libro en campañas de fomento a la lectura provocó más de una intervención, como la del librero malagueño Francisco Puche, que criticó "el laicismo" a la hora de organizar actos que terminan por perder sentido. Apostaron por la calidad de la lectura y el fomento del espíritu crítico del lector.
El presidente de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), Fernando Valverde, advirtió "del vicio cada vez más extendido entre las bibliotecas públicas" de pedirles a los libreros servicios propios de bibliotecarios. Advirtió que la Diputación de Barcelona incluye requisitos como que se presenten los libros forrados o con dispositivos antirrobo, además del descuento permitido del 15%. Para Valverde la práctica "puede poner en peligro el precio del libro" y "provocar corruptelas".
Maija-Liisa Korhonen, directora de la biblioteca de Helsinki (Finlandia), acercó a los libreros la realidad lectora de un país en que desde 1928 se prestan libros de forma gratuita y este año también discos compactos y DVD.
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