El desahucio
Vivo... Mejor dicho, la señora desahuciada por no pagar 39 euros por error, vivía en el edificio contiguo al mío. Este caso es sólo uno más de los miles de atentados que sufrimos los inquilinos del casco histórico de Sevilla, incluida Triana. Durante dos décadas hemos visto marcharse a los vecinos de siempre a barrios de la periferia, o a pueblos del cinturón de nuestra ciudad. Los especuladores han hecho su agosto.
Los ladrillos que antes viajaban en carros o camiones, ahora van en maletines a visitar despachos, o, al menos, eso dicen incluso algunos políticos profesionales.
Estamos en plena campaña electoral y un hecho ha dicho más que un millón de mítines y otras tantas horas de televisión. Es evidente: existe un divorcio entre la realidad de los de a pie y los vendedores de humo, que prometen la construcción de miles de viviendas económicas, mientras a nuestra vecina Rosario la desahucian por un error de 39 euros.
Por cierto, al acto de desahucio no acudió ningún candidato.
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