"Esto es horroroso, una catástrofe"
"Por motivos de seguridad, el servicio de trenes entre Valencia-Madrid y viceversa queda temporalmente suspendido", anunciaba ayer la pantalla de llegadas y salidas de la Estació del Nord. Algunos viajeros, billete en mano, no tuvieron noticia de la matanza de Madrid hasta que leyeron el aviso. "Me he enterado aquí en la estación, esto es horroroso, una catástrofe", decía emocionada Emilia Solana, de 72 años, que había hecho la maleta con la ilusión de viajar a Cáceres a la jura de bandera de su nieto. "Voy a intentar llegar por Andalucía", añadió a la salida de la oficina de atención al cliente. María Jesús Mateo, que vive en Alemania y está de vacaciones, también pretendía llegar a Sevilla con su marido pasando por Madrid. Su tren, el Alaris de las 8.45, no llegó a partir. "Renfe nos ha explicado en el tren que no podíamos salir y lo hemos entendido, estamos horrorizados", comentó.
"Sospeché que debía ser muy grave, como para que no nos dejaran ir a Madrid"
Algo molesto con el imprevisto se mostró Evencio Raña, de 44 años, que acudió a la estación con la idea de que le trasladarían a Madrid de alguna forma: "Me duele lo que ha pasado, como a todos, pero hay que atender los servicios". Otro viajero, Ramón Altavella, de 89 años, quería dejar Valencia "para evitar los petardos de Fallas", que no le dejan dormir, y aceptó finalmente la posibilidad de viajar en un tren Arco hasta Alcázar de San Juan para hacer el resto del trayecto en autobús. "Casi el 100% de las personas entiende la cancelación", apuntó rodeado de viajeros con preguntas Virgilio Mollà, supervisor comercial de Renfe en Valencia, en una mañana llena de "rabia y de sensación de impotencia".
"¿Cuántos muertos ha habido?", preguntaba en la estación central de Alicante María Teresa Toimol, madrileña de 64 años que no pudo subir al tren de las 10.30, cancelado como todos los que tenían Madrid como destino. Al oír que eran ya más de 140, rompió a llorar, angustiada también porque quería estar en el aeropuerto de Madrid a las 21.00: "Mi hermana llega de Estados Unidos y no conoce la ciudad". "España no se merece esto, este país ha luchado por la democracia y no se merece una matanza como ésta", añadió rescatando el acento británico de sus años de vida en Inglaterra. Sus amigos británicos y residentes en Alicante no quisieron opinar. "También sabemos qué es el terrorismo en nuestro país, pero no hemos conocido nada como lo que usted nos está contando", se limitó a decir uno de ellos. Teresa intentó llegar a Madrid en taxi.
Uno de los revisores, que no quiso dar su nombre, intentaba informar en los andenes a los pasajeros. "No sabemos cuánto tiempo estará esta situación de bloqueo y colapso de las líneas entre Alicante y Madrid", indicó. "Lo que ha ocurrido no tiene nombre ni explicación. Qué salvajada", aseveró.
La misma estupefacción expresaron los viajeros que tomaron el tren a Madrid a las 7.00, pero que no pudieron llegar a su destino y regresaron a Alicante tras parar en La Roda (Albacete). Ana Gómez se enteró de los atentados a las 8.20, cuando la llamó al móvil su hijo. "No sabíamos lo que estaba ocurriendo y lo que hemos llegado a conocer una vez que hemos regresado a Alicante", explicó, "pero sospeché desde el principio que debía ser muy grave, más grave de lo normal, para que no nos dejaran llegar a Madrid". A Gemma Ruiz, de 21 años y de Orihuela, le ocurrió lo mismo, y se asustó cuando empezó a recibir llamadas de familiares y amigos. "Al final logré entender qué había pasado en Madrid, sin que llegara a creérmelo del todo". Gemma también decidió volver a Alicante y no acercarse al horror que vivía Madrid.
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