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Crítica:FESTIVAL DE JEREZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Baile de laboratorio

El baile de Andrés Marín nos ha traído de nuevo a la mente la imagen de ese baile que yo llamo de laboratorio, por ser todo él producto de una minuciosa elaboración, a mi parecer, más intelectual que artística. Todo, la música, el cante, sirven al baile y está condicionado por esa servidumbre.

Un baile, el de Andrés Marín, que, pese a su aparente falta de flamencura, nos lleva a su terreno con facilidad y nos seduce. Una línea de baile cerebral a base de movimientos muy estudiados, de un aparato gestual escasamente afín a lo jondo, como ocurre con el de Israel Galván. Percibo entre uno y otro puntos de sintonía que no deben ser casuales, aunque Marín se mantiene mucho más moderado y no alcanza los niveles de rupturismo de su colega.

Más allá del tiempo

Baile: Andrés Marín, Mercedes Ruiz, Leonor Leal. Cante: David Lagos, Londro, Encarna Anillo. Guitarra: Canito, Juan Requena. Otros músicos. Recital de Tomatito. Teatro Villamarta. Jerez de la Frontera, 9 de marzo.

Baile de carácter avanzado que, sin embargo, tiene atrás cante por derecho, espléndido cante. La saeta de Encarna Anillo fue de una belleza inusual y marcó uno de los momentos de mayor emoción de la obra. Las bailaoras Mercedes Ruiz y Leonor Leal aportaron igualmente, además de buen baile, su elegancia personal.

La música fue asimismo excelente, y contribuyó de manera decisiva a la belleza de un espectáculo conceptualmente sencillo, equilibrado y realizado con ejemplar buen gusto. No oímos música exclusivamente flamenca, sino que el espectro se amplió a otros registros enriquecedores del conjunto. La Elegía de Igor Stravinski, por ejemplo, o el tango argentino que finalmente derivó por tientos flamencos. Todo ello sin sobresaltos y sin pasteleos faltos de rigor. La música marcó su ley nítidamente, y en algún tema casi ni fue bailada.

La música de Tomatito ocupó, quizás con generosidad de horario excesiva, la otra parte del programa. Su música más flamenca, con el baile de Joselito Fernández, con el cante de Potito. Y el violín de Bernardo Parrilla, que se ha integrado con toda propiedad en la música jonda y dio fe de ello en intervenciones bastante extensas.

Tomatito hace tiempo ya que soltó amarras como concertista y tiene un sonido brillante y de fácil acceso al público, que le gratifica siempre con su aplauso. El guitarrista es valor seguro, y lo demostró una vez más en Jerez.

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