Zapatero, presidente

Anoche tuve una pesadilla. Soñé que ZP había formado gobierno, con Llamazares en Economía y Carod Rovira en Interior, que para eso es hijo del Cuerpo. En Educación, alguien del PNV o de EA que tanto da a la hora de revisar a fondo la historia de España. Así que a partir de ahora habrá que advertir a nuestros hijos que el futuro es cierto, pero el pasado es impredecible. Justicia no se cubre porque maldita la falta que hace desde el día y hora en que cada Tribunal Superior es la última instancia jurisdiccional en su territorio.

Constituido el Gobierno, a gobernar. En contra de lo esperado, ni media palabra sobre la revisión de los Estatutos de Autonomía porque ZP se ha comprometido a aceptar de la cruz a la raya lo que le propongan los distintos parlamentos autonómicos.

La reforma del sistema de financiación está en dique seco porque ni Bono ni Ibarra miran con simpatía la propuesta de Maragall de que cada palo aguante su vela. El presupuesto también parado, Llamazares no transige con que se bajen el impuesto de sociedades y el impuesto sobre la renta de las personas físicas; por ahora sólo están de acuerdo en establecer la ecotasa y en subir los impuestos energéticos. Pero eso no parece suficiente para hacer frente a tanto gratis total como han prometido, o para pagar las subvenciones a los trabajadores despedidos por las empresas que no han sabido apreciar la originalidad de que seamos el único país de la Unión Europea con los comunistas en el Gobierno. Por fortuna, en ese momento me desperté.

José Manuel García-Margallo es eurodiputado del PP.