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Reportaje:ELECCIONES 2004

El voto más disputado del 14-M

Los últimos escaños de una veintena de circunscripciones se decidirán el próximo domingo por un estrecho margen de papeletas, según los partidos políticos

Elsa Granda

Las encuestas electorales ya han apuntado sus pronósticos. Ahora los grandes partidos manejan sus propios sondeos y hacen números para saber dónde podrán arañar algún escaño que les reporte una mayor representación. La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicada el pasado jueves, ha puesto en alerta a las distintas formaciones políticas, que redoblan sus esfuerzos en la última semana de campaña: algunos se felicitan, otros apelan a la exagerada cocción del sondeo; y muy pocos asumen los resultados.

Según la encuesta, el PP aventaja en 6,7 puntos al PSOE en intención de voto. De confirmarse esos resultados, los populares perderían siete diputados con respecto a los comicios de 2000 y mantendrían la mayoría absoluta por tan solo un escaño. Sin embargo, los escasos márgenes que vaticina la encuesta del organismo público en algunas provincias podrían dejar a Mariano Rajoy sin la mayoría absoluta que busca.

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Donde se podrían ver más perjudicados los populares sería en Barcelona, con dos escaños menos; Madrid, donde perdería uno, al igual que en Lugo; y en las cuatro provincias que han reducido el número de escaños por el ajuste del censo, donde perdería un diputado por provincia -Asturias, Cáceres, Sevilla y Pontevedra-.

Por contra, recuperaría uno en Las Palmas, una de las cuatro provincias que cuenta con un escaño más debido al aumento de población. Si a esto se le suman los estrechos márgenes, en algunos casos de sólo dos décimas, que adjudican el último escaño al PP en Guipúzcoa, Alicante, La Rioja, Las Palmas, Lleida, Madrid, Valencia y Zaragoza, el partido de Rajoy podría aparcar sus aspiraciones de representación en los 168 escaños.

Los socialistas conseguirían 131 diputados y ganarían terreno en Madrid (dos diputados más), Cádiz, donde le arrebatarían un escaño al Partido Andalucista, en A Coruña y Las Palmas, con un diputado en cada caso.

El PSOE se muestra especialmente crítico con el sondeo electoral del CIS "porque está muy cocinado". Su secretario del Organización, José Blanco, asegura que es claramente partidista: "Es la única encuesta que aún mantiene la mayoría absoluta para el PP. Es una manipulación a su antojo".

Blanco indica que su partido es el primer interesado en conocer cómo se encuentra realmente el clima electoral, y manejan encuestas que, "indican un avance consolidado en muchas circunscripciones". Las provincias que inclinarán la balanza a favor del PSOE, "para convertirse en la fuerza política más votada" serán, según Blanco, 13: León (donde consolidaría el tercer escaño), Burgos (estarían a punto de lograr el segundo), Salamanca (donde también consolidarían el segundo escaño), Ciudad Real (provincia en la que rozarían el tercer diputado), Asturias (al borde de conseguir el cuarto), Teruel (rozarían el segundo), Valencia (donde el séptimo sería suyo), Tarragona (lograrían el tercero), Alicante (consolidado el quinto), Lugo (donde se llevarían el quinto), Madrid (consolidado el decimoquinto y rozarían el decimosexto), Lleida (donde pelean por el segundo) y Barcelona (mantienen la pugna por lograr el decimoquinto).

El PP guarda cautela sobre cuáles son sus puntos fuertes y en qué lugares sus propias encuestas les ofrecen resultados más inciertos y prefieren no hacer públicos estos datos, tal como aseguró ayer a este diario una portavoz del partido.

Durante la presentación de los datos del CIS, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz, aseguró que los datos de la encuesta eran "extraordinariamente esperanzadores porque confirman claramente que hay una mayoría social que avala la gestión del Gobierno" y arremetió contra las críticas de los socialistas: "Acusar de manipulación al CIS es ofender a los españoles".

Unos resultados 'irrepetibles'

El PP dio un vuelco al mapa electoral en las elecciones generales celebradas el 12 de marzo de 2000. Tanto los feudos populares como algunas plazas tradicionalmente socialistas cayeron en la cesta de la mayoría absoluta del partido que dirigía José María Aznar.

Ahora, tras las elecciones municipales y autonómicas de 2003, en las que el PSOE fue la fuerza política más votada y con el recuerdo de la guerra de Irak y el desastre del Prestige, los socialistas confían en que los ciudadanos les devuelvan la confianza en algunas plazas significativas, sobre todo en las provincias en las que los estrechos márgenes adjudicaron el último escaño al PP hace cuatro años. Como ocurrió en Asturias, donde el Partido Socialista se quedó sin el cuarto escaño por menos de 300 papeletas. En otras doce circunscripciones, el PP se adjudicó el último escaño por márgenes tan ajustados, en algunos casos por menos de dos mil votos, que el próximo domingo podrían caer del lado de su más cercano oponente.

Teniendo en cuenta los resultados del sondeo electoral del CIS y de los datos de la encuesta del Instituto Opina para EL PAÍS, es improbable que el partido de Mariano Rajoy no logre repetir los resultados de los anteriores comicios, en los que consiguió 183 representantes, 27 más que en 1996.

El PP fue el partido más votado en 42 de las 52 circunscripciones, y en 14 de las 17 autonomías: todas salvo Andalucía, Cataluña y el País Vasco. Con 10.230.345 votos, el PP ganó más de medio millón respecto a 1996, mientras que el PSOE sufrió un descalabro al perder casi 1.600.000 sufragios.

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