Contrastes
En su primera entrega, No es lo mismo, de Olga Viza (Tele 5), intentó humanizar a los candidatos Rajoy y Zapatero y se los llevó a un parque y a un bar. Fuera de los platós y sin las capas de maquillaje, los candidatos ganan, aunque lo que me preocupa es que invadan un territorio tradicionalmente reservado a los electores más melancólicos y desconcertados: bares y parques. Este arranque electoral podría inducir a una mala interpretación del programa, ya que el resto del año Viza no tendrá festivales demoscópicos que cubrir y deberá nutrirse de la información pura y dura. Porque de eso se trata: de elegir cinco o seis temas entre todo lo ocurrido durante la semana y, a ser posible, desmarcarse con alguna relectura original. Puede ser la confesión algo arrogante del delincuente más buscado de Cádiz o un endogámico reportaje sobre las reconocidas virtudes de Carlos Latre.
Lo más destacado de Viza sigue siendo su tono: cercano, estable, muy lejos de la aceleración y la falsa sofisticación que tanto abundan en televisión, aunque, eso sí, proclive a darle a los temas cierto énfasis trascendente. Cada presentador explota sus virtudes. Las de Viza tienen que ver con una naturalidad que se pone al servicio de unos contenidos más cercanos a los de Espejo público (Antena 3) que a los de Informe semanal (TVE). Plató sin público vociferante por el que Viza, cruzada de brazos o con las manos en los bolsillos, presenta e introduce, subraya o concluye, aunque no siempre queda clara la diferencia entre titulares y temas a tratar. Si puede, aprovecha para insistir, a veces de un modo forzado, en el estribillo de No es lo mismo. El único hilo argumental es la cronología, que se ordena en forma de revista y que termina con, por ejemplo, un debate entre inmigrantes hablando de política.
La conclusión que uno saca después de ver el programa es que el mundo está al borde de la erupción total y que, mires adonde mires, hay conflictos graves. Quizá por eso, la serenidad que Viza elige para expresarse sea el vehículo más eficaz, un tono que contrasta con un tratamiento de la imagen adicto a fogonazos y zooms de primer plano artificialmente espontáneo. Un trabajador de los Astilleros de Cádiz afirma: "Sólo la bronca es noticia". Y no sólo noticia, sino también filón que, en ámbitos no informativos, se sigue explotando a ver hasta dónde produce beneficios. Por ahora parece inagotable, y uno de los aciertos de No es lo mismo consistirá en diferenciar la bronca de los problemas.
El día del estreno, el sábado 28 de febrero, el programa No es lo mismo obtuvo 1.977.000 espectadores (17,4% de cuota de pantalla).
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