Ayudas a la discapacidad

Me parece estupendo que ahora, en este periodo, todos los partidos se afanen en plantearnos programas más o menos concretos y más o menos alentadores para las personas que tienen discapacidad. Pero creo que el que está en el Gobierno tiene el escaparate mayor, para su vergüenza o para su gloria, ya que ha dispuesto de tanto tiempo y recursos como haya querido dedicarle; por desgracia, las personas que en esta legislatura nos han gobernado lo han seguido haciendo muy deficientemente. Y lo que ahora nos proponen, un plan que suena tan bien en sus palabras y se ve tan bien con esas banderas agitándose detrás del candidato, se queda en agua de borrajas. Un acto vale más que mil palabras, y con la ley 52/2003 (del 10 de diciembre) declararon incompatibles, a partir del 1 de enero de 2004, las ayudas que recibe una familia por hijo a cargo con discapacidad con la pensión de orfandad que en su día tendría derecho el discapacitado en caso de muerte de uno o los dos progenitores.

Desde ciertos colectivos de discapacitados se ha venido pidiendo que se paralizara esta ley, aún en la fase de tramitación parlamentaria, obteniendo los resultados que ven. Ahora, en periodo electoral, el señor Zaplana, sin el mínimo rubor, habla de cara a la galería y se compromete a hacer compatibles unas ayudas que al gran público no le suenan para nada excepto porque las va a arreglar. Hay que ver qué eficientes son.