_
_
_
_
_

El 'clown' Leandre Ribera se estrena en el Villarroel como cantante mudo

'Desbandada' es un montaje festivo que incluye música en directo

Tres músicos rigurosamente vestidos de negro, bombín incluido, y un curioso personaje con impecable indumentaria de color teja son los protagonistas del nuevo espectáculo del teatro Villarroel, Desbandada, que podrá verse hasta el 4 de abril. El portador del traje colorido es el clown Leandre Ribera, que en esta producción interpreta nada menos que a un cantante mudo, aunque con gran capacidad para contar cosas a través del gesto. A su lado, una beat band de variado registro cuyos miembros, además de tocar instrumentos, son capaces de bailar y, ellos sí, también cantar.

Con este espectáculo, Leandre Ribera regresa a sus orígenes en el mundo del mimo, del que se había apartado en los últimos años para desarrollar un camino más poético junto a su compañera Claire. Cuenta el clown que el personaje de Desbandada le ha hecho compañía durante muchos años y, aunque lo creía dormido quizá para siempre, ha vuelto a despertarse y a reclamar protagonismo. "Hace 10 años me inicié en solitario con espectáculos de calle y entonces creé el personaje de Leandre. En el humor, los personajes crecen poco a poco, se van construyendo con el trabajo del intérprete y la colaboración del público", explica. Además, reivindica la tradición de los cómicos. "Antes hacían un gag de siete minutos y les duraba 50 años".

Ribera, que se nutre de la observación de las personas en las circunstancias más cotidianas, ha concebido este nuevo espectáculo como un diálogo constante con el espectador. "El público no deja de participar", cuenta el mimo, para quien el escenario termina en la última fila de la platea, por lo que se pasea a sus anchas por el patio de butacas armado de una serie de elementos tales como paraguas, un inodoro portátil, una maleta y una cinta adhesiva de la que extrae todo tipo de figuras.

La idea del juego está muy presente en Desbandada, que Ribera duda en definir "como una fiesta". La música es un ingrediente básico en esta celebración y el repertorio de ritmos pasa por el swing, los tangos, el dixieland y el funky. El espectáculo está pensado para todos los públicos, con diferentes niveles de lectura. En Desbandada, más que nunca, la compañía es la última en abandonar el teatro: los intérpretes acompañan al público al vestíbulo y allí es en realidad donde termina la fiesta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_