Reformar cámaras y leyes

Dice la Constitución (artículo 69.1): "El Senado es la Cámara de representación territorial". Sin embargo, parece que esta función la ejerce, en la práctica, el Congreso, cuya circunscripción electoral es la provincia (artículo 68.2) y no el ciudadano.

Este hecho, unido a las disposiciones de la Ley Electoral, permite graves desequilibrios. Así, en las últimas elecciones generales, el Partido Popular recibió el 45,24% del voto válido (menos del 50%), mientras su representación parlamentaria es del 52,29% (más del 50%; fuente: www.congreso.es). En cambio, Izquierda Unida obtuvo un 5,54% de votos, aunque su representación es la mitad: el 2,29%. Pero, ¿está sobrevalorado el voto nacionalista como algún cínico afirma? No parece: CiU recibió un 4,25% de votos y tiene un 4,29% de diputados. Luego la elección de diputados es injusta. Favorece a los grandes.

¿Dónde quedarían las nefastas mayorías absolutas si el voto de cada ciudadano tuviera igual valor? Bien está que se ponderen territorialmente los votos al Senado. Es su función. Pero mi voto al Congreso debería valer como el de un castellanoleonés.

Señores diputados: sean dignos, sean justos y, en la próxima legislatura, cambien la Ley Electoral y la Constitución. ¡Tranquilos! Es sólo el Título III. Lo pueden cambiar por la vía rápida, sin referéndum, sin que nos sobresaltemos los ciudadanos. Ya lo hicieron con la Primera Enmienda Constitucional (artículo 13.2) y ¿cuántos nos enteramos?