Los suplentes sacan su orgullo
El Valencia, lleno de reservas, gana al Besiktas en Estambul con goles de Angulo y Sánchez
Ahí estaba Sánchez, sufriendo. Con sus 32 años a cuestas, que empiezan a pesar, un contrato que se le termina en junio y un mermado físico tras una campaña casi en blanco. Ahí estaba él, luchando contra un pelotón de defensas turcos. Sin apenas opciones. Persiguiendo fantasmas. Así pasaba la noche Sánchez en Estambul, tal vez asumiendo sus últimos coletazos en Primera. Así hasta que, de repente, todo cambió para él. Justo cuando el Besiktas, cansado de atacar sin premio, despobló un instante su defensa, resurgió el viejo Sánchez, el diablillo del área que siempre ha vivido de su instinto goleador. Como ayer. Se desmarcó, le enseñó a Xisco dónde quería el balón y el extremo zurdo le envió un precioso centro enroscado que Sánchez cabeceó picado a gol. Fue el broche soñado por Sánchez y el gran número de suplentes que lo acompañaron a la batalla de Estambul.
BESIKTAS 0 - VALENCIA 2
Besiktas: Córdoba; Yildirim, Ronaldo, Zago; Dobra (Topraktepe, m. 71), Tayfur, Giunti (Hassan, m. 46), Ibrahim (Metin, m. 62); Sergen; Ilie y Pancu.
Valencia: Palop; Garrido, Ayala, Pellegrino, Carboni; Angulo, Marchena, Sissoko (Baraja, m. 74), Xisco (Fabio Aurelio, m. 57); Canobbio (Rufete, m. 66); y Sánchez.
Goles: 0-1. M. 11. Envío de Marchena que atrapa Angulo, encara a Córdoba y marca. 0-2. M. 56. Centro de Xisco que cabecea Sánchez.
Árbitro: Domenico Messina (italiano). Expulsó a Zago (m. 90). Amonestó a Canobbio, Ayala, Yildirim, Giunti y Marchena.
30.000 espectadores en el estadio Inönü.
La ganaron. Primero por orgullo, pero también por la superioridad que les separa del conjunto turco, tremendamente inocente ante Palop. Si Benítez quiso decir con su alineación que la UEFA es secundaria para él, los meritorios de su equipo le llevaron la contraria. Les sobra amor propio a los Palop, Xisco, Angulo y compañía. Quieren seguir en una competición que el curso pasado coronó al Oporto. Bastaba verlos, tras acabar el partido, abrazados y emocionados sobre el campo: habían salvado el honor de los desheredados.
Doce hombres del Valencia calentaron antes del encuentro sobre la hierba del estadio Inönü. Sobraba uno respecto a la alineación oficial: David Navarro, que cubría las espaldas a una posible baja de Pellegrino, que entró inesperadamente en el equipo inicial. Una sorpresa mayúscula puesto que el médico del club, Jorge Candel, le había diagnosticado el día anterior una gripe intestinal. Así que, o la gripe se le curó de un día para otro, o es que aquello fue un subterfugio para esconder que se trataba de un simple mareo del que se asustó el jugador tras el desvanecimiento de hace un mes en La Rosaleda. Sea como fuera, Pellegrino se concentró en el juego y actuó como de costumbre: sobrio.
El Valencia mostró un arranque audaz. Sobre todo Angulo, que venía de un mes de penumbra. Pero ayer sacó su vena contundente para encarrilar el partido. Pilló un despeje largo de Marchena, salvó al defensa en el control y encaró a Córdoba con una determinación que acongojó al portero colombiano. Era gol o gol. Marcó con un golpeo seco. Buen comienzo que no le sirvió al Valencia para trazar un fútbol pausado y de calidad. Al contrario. Jugó presa de los nervios y si el Besiktas no le puso contra las cuerdas fue por la pésima puntería de sus delanteros rumanos, Pancu e Ilie, tan certeros la semana pasada en Mestalla como desafortunados ayer.
El Besiktas le ganó la espalda a la zaga valencianista con asiduidad. Bastaba un pase elevado para superar a Ayala y Pellegrino. A eso se unía que el cuadro valenciano perdía la pelota antes de contar tres. Sin Baraja ni Aimar en el campo, Benítez brincaba de rabia en la banda ante la escasa posesión de balón de su equipo. Así siguió un tramo del segundo periodo, hasta que por fin cazó el Valencia un contraataque elaborado. Abrió Sissoko a su izquierda, templó Xisco y Sánchez salvó el honor de los reservas. Triunfo capital para la autoestima del Valencia, que llegó cabizbajo a Estambul y se marchó lleno de orgullo para recibir el sábado en Mestalla al Depor.
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