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Ascer confirma que Europa ya no es el epicentro del sector cerámico

La venta cae el 2,6% pero la producción supone el 45% de la UE

Fernando Diago, presidente de Ascer (Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos), estimó ayer en un 2,6% la caída de las ventas del sector en 2003, "un año cargado de dificultades". Pero añadió que la producción y comercio de productos cerámicos creció en todo el mundo a lo largo del año pasado para concluir: "El epicentro cerámico europeo se ha terminado en el mundo"

Diago ofreció en Cevisama, el escaparate del sector cerámico que alberga la Feria de Valencia, un panorama de la evolución del sector en España durante 2003 en el que citó como dificultades "la atonía económica" de los grandes países de la Unión Europea, "el alza del dólar y la competencia de países emergentes". Como resultado, Ascer estima un descenso de las ventas del 2,6% durante 2003 a pesar de que las ventas al exterior cayeron en torno a un 6%. El tirón de la construcción en España salvó un ejercicio en el que la facturación conjunta del sector alcanzó los 3.503 millones de euros. El mercado nacional consumió 1.567 millones de euros, con un crecimiento del 2% respecto al año anterior que situó a España como "el mayor consumidor per cápita de productos cerámicos del mundo".

Diago subrayó que la caída de la producción fue del 5% puesto que la mayoría de los fabricantes procuraron deshacerse de las existencias acumuladas, pero aseguró que esa reducción no tuvo repercusión sobre el empleo.

A pesar de todo, los fabricantes españoles "sortearon el ejercicio razonablemente" gracias a la demanda desde "nuevos destinos en Europa del Este, sobre todo Rusia, y en África", que compensaron las caídas en América, el Sureste asiático y los países árabes.

En la otra cara de la moneda, el presidente de Ascer destacó que la producción española de azulejos, que se concentra en la provincia de Castellón, representa el 45% del total de la Unión Europea y supera en volumen a la industria italiana. "Una de cada tres baldosas que se instalan en Europa es española", sentenció.

Como estrategia para afrontar "la liberalización de los mercados", Ascer propone una etiqueta social (social label) que garantice el respeto de derechos laborales, de exigencias ambientales y eficiencia energética en la fabricación de azulejos para "explotar la marca de producción en Europa".

Diago, sin embargo, adoptó una posición catastrofista ante la decisión europea de asumir a rajatabla el protocolo de Kyoto, que obliga a reducir las emisiones de gases, y aseguró que si el precio de los derechos de emisión de una tonelada de dióxido de carbono se mantiene entre 20 y 30 dólares en el mercado de futuros, una aplicación estricta de los acuerdos de Kyoto puede destruir 5.000 empleos en el sector cerámico.

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