Elton John alcanza la gloria
En 1973, Don't shoot me. I'm only the piano player reafirmó el estrellato de Elton John, colocándose en lo alto de las listas del Reino Unido y EE UU. El público había encontrado a un entretenedor nato, un cantante y pianista de amplios poderes: desde la balada rompecorazones Daniel hasta el pastiche nostálgico Crocodile rock, pasando por el homenaje a los Beach Boys de High flyin' bird. EL PAÍS ofrece a partir de mañana este primer disco de la nueva colección por 5,95 euros.
1973 fue un buen año para Elton John: estrenó Rocket Records, su sello particular, y se introdujo en el negocio del fútbol profesional, invirtiendo en el Watford FC. Se podía permitir caprichos y provocaciones: en su concierto en el Hollywood Bowl, ante 25.000 personas. contó con la actriz porno Linda Lovelace como presentadora. Para Don't shoot me. I'm only the piano player, su discográfica tiró la casa por la ventana: un libreto tamaño elepé, con fotos y las letras. La portada retrataba un cine de, digamos, finales de los años cincuenta, con una juvenil pareja comprando entradas para una película titulada Don't shoot me. I'm only the piano player, que -informaba la marquesina- estaba protagonizada por Elton John.
Se trataba, claro, de un guiño cinéfilo a Tirez sur le pianiste, el filme de 1960 donde François Truffaut dirigía a Charles Aznavour, virtuoso del piano al que el infortunio llevaba al anonimato de animador de bar y a los problemas con gánsteres. Al inventarse su propia película, Elton John también recordaba que, a diferencia de los cantantes-compositores confesionales, él se sentía perfectamente cómodo encarnando a personajes ficticios salidos de la pluma de su letrista, Bernie Taupin.
Eso no impidió que una balada como Daniel fuera interpretada como el adiós a un amante: "Daniel viaja esta noche en un avión. / Puedo ver las luces rojas de cola que se dirigen hacia España. / Oh, y puedo ver a Daniel haciendo el gesto de despedida. / Dios, creo que es Daniel; deben ser las nubes en mis ojos". Taupin se hartó de explicar que el tal Daniel era una criatura imaginaria, un veterano de guerra tocado que buscaba construirse una nueva vida bajo el sol.
El otro gran tema contagioso de Don't shoot me. I'm only the piano player fue Crocodile rock, una efervescente evocación de los placeres sencillos de la generación del rock and roll, luego damnificada por sucesivos choques con la realidad: "pero los años pasaron y el rock sencillamente murió. / Suzie se fue y me dejó por un fulano extranjero. / Largas noches llorando junto a la máquina de discos, / soñando con mi Chevy y mis viejos vaqueros". Aunque Crocodile rock podía encajar en los parámetros nostálgicos del glitter rock británico, pegó más fuerte en EE UU, donde estuvo tres semanas en el número uno.
Taupin y John sabían manejar los resortes emocionales de su público potencial: Teacher I need you retomaba la vieja historia del adolescente enamorado de su profesora, Have mercy on the criminal parecía un destilado de las aventuras cinematográficas de prisioneros enfrentados a crueles carceleros. La fascinación por ambientes, situaciones y músicas estadounidenses alimentaba Texan love song y Blues for my baby and me. En Midnight creeper, Elton John encarnaba a un psicópata, posiblemente un ejercicio de estilo que partía de Midnight rambler, de los Rolling Stones. Menos problemática era I'm going to be a teenage idol, perspicaz visión del mundo interior de un aspirante a estrella del rock.
Grabado en Francia y mezclado en Londres, Don't shoot me. I'm only the piano player exhibía oficio y entusiasmo. Elton John tocaba seis teclados diferentes, respaldado por una banda adaptable: el guitarrista Davey Johnstone, el bajista Dee Murray, el baterista Nigel Olsson. El tándem formado por el productor Gus Dudgeon y el ingeniero Ken Scott era igualmente proteico; los arreglos de cuerda de Paul Buckmaster esquivaban los tópicos orquestales.
