El elemento esencial
Desde la perspectiva de una escudería, nada concede tanto tan rápidamente como los neumáticos. El intenso trabajo que se realiza entre una temporada y la siguiente en la mejora de un motor puede proporcionar 20 caballos, que, sobre los 900 de potencia que tiene un fórmula 1, permite rodar entre una y dos décimas de segundo más rápido por vuelta. Ajustar la aerodinámica, con todo el trabajo que eso supone en el túnel de viento y en la mejora de todos los parámetros, ofrece, con mucha suerte, dos o tres décimas más. Sin embargo, si Michelin o Bridgestone, los dos únicos proveedores del Mundial, aciertan en los compuestos y proporcionan el neumático adecuado, cualquier bólido puede mejorar sus tiempos en ¡un segundo o incluso un segundo y medio por vuelta!
Acertar en los compuestos de los neumáticos puede suponer para cualquier bólido una mejora de un segundo y medio por vuelta
Los neumáticos son el elemento esencial de un coche por la simple razón de que es la única parte que toca al suelo. Por tanto, todo el exhaustivo trabajo que han realizado durante un año las 500 personas que forman una escudería queda expuesto al acierto o el error del fabricante de las gomas. En los últimos años, el tándem Bridgestone-Ferrari ha funcionado y ha resultado fundamental para la consecución de los últimos cuatro campeonatos consecutivos del alemán Michael Schumacher. La firma japonesa llevaba una ventaja notable a Michelin porque ésta se retiró de la F-1 en 1984 y se mantuvo 15 años -hasta 2001- fuera del circo y alejada, en consecuencia, de la evolución de los circuitos, de los asfaltos, de los coches, de la tecnología punta y de la aerodinámica.
Hace dos años, los compuestos de Bridgestone ofrecían mejores prestaciones que los de Michelin. Sin embargo, el año pasado los franceses, que en 1977 habían implantado el neumático radial, dieron un paso de gigante y lograron un neumático incluso más rápido y constante que el de Bridgestone en terreno seco, aunque en mojado seguían yendo por detrás. Este año, probablemente, las cosas estarán más igualadas aún. Michelin, que equipa a la mayoría de las escuderías punteras, tendrá más elementos de referencia para mejorar y más coches para ganar carreras. Bridgestone, que calza básicamente a Ferrari y a Sauber, podrá, en contrapartida, dedicar todos sus esfuerzos a estas escuderías.
Las pruebas realizadas en la pretemporada aclaran poco porque no se sabe con exactitud en qué condiciones se produjeron los tiempos: un gran crono puede ser consecuencia de que se realizó una vuelta con el depósito vacío y 10 kilos menos pueden suponer entre dos y cuatro décimas de segundo por vuelta, dependiendo de las características de cada circuito. En Melbourne, en la primera carrera, se verán ya algunas cosas. El calor parece favorecer a Michelin y, en consecuencia, a Williams, McLaren y Renault, que será el equipo que mayor beneficio va a sacar de su colaboración con su proveedor de neumáticos: los dos son franceses, llevan muchos años juntos y tienen una excelente relación. Una prueba de ello es que hasta julio un bólido de Renault pasará 10 semanas en la sede de Michelin en Dijon y realizará pruebas en el circuito privado de la firma de neumáticos, que tiene rectas con balanzas y sensores capaces de detectar la huella del neumático (footprint) en el suelo, el desgaste, el roce, las temperaturas...
La mejora de los neumáticos se apreciará a lo largo de la temporada y este año -gracias a los cambios reglamentarios introducidos ya en 2003- se notará más en unos equipos que en otros porque las dos proveedoras pueden elaborar compuestos específicos para cada equipo. Del acierto en su fabricación y en su elección dependerá en gran parte el éxito o el fracaso de las escuderías.
Joan Villadelprat fue director general de las escuderías Benetton y Prost y jefe de mecánicos de Ferrari.
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