Rajoy señala la anterior coalición de gobierno en Baleares como ejemplo a evitar

En Baleares, el pacto a la balear. A las tres islas viajó ayer Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, para agitar el espantajo del anterior Gobierno de Baleares, presidido por el socialista Francesc Antich y formado por una coalición de partidos de izquierda, como ejemplo de las "insensateces" que hay que evitar para que la economía "siga mejorando el bienestar de las personas". Rajoy pretendió que "una cosa tan importante como el dinero de los contribuyentes" no se puede dejar en manos de la "coalición". No podría soportar, enfatizó, "sus políticas ridículas y sus ideologías trasnochadas".

"Me pone los pelos de punta pensar en la política económica que podría hacer un gobierno similar al que ha gobernado Baleares en los últimos años", aseguró Rajoy en Mahón, en un mitin matutino al que asistieron unas 600 personas. Antes había visitado el mercado del Claustro del Carmen. Allí saludó a Mercè, del puesto de productos típicos de Menorca, quien le enseñó una foto suya con Jaume Matas, el presidente balear, que ya pasó por ese mercado en una anterior cosecha de votos. Y habló con Segundina, que atiende "desde hace 20 años" un puesto de frutas y verduras. Le regalaron queso y naranjas.

Una clienta del mercado, después de recibir dos besos del candidato, le dijo a su vecina que no se iba a lavar la cara en todo el día. Pero eso a Rajoy no le puso "los pelos de punta". Quizá porque no la oyó o porque ya los tenía de punta de pensar en la política económica de un gobierno a la balear.

"No estamos para bromas", clamó Rajoy ante su afición matutina. "Conmigo no se jugará a la ruleta", concluyó por la noche en el mitin de Palma. A la ruleta se juega, según él, votando a cualquiera "de los coaligados que sólo tienen como objetivo echar al PP". Ahí se sobró: "Estaría dispuesto a darle un millón de euros a cualquier persona que esté aquí y que me diga qué va a hacer el PSOE con los impuestos". Los suyos jalearon el envite y él siguió: "No tienen criterio. Pero además, como se van a coaligar con unos cuantos, se verán obligados a cambiar otra vez de criterio".

Por si alguien no se había enterado, Rajoy lo avisó: "Voy a reiterarlo hasta la saciedad los próximos días. Esa coalición es indudablemente un riesgo para el progreso económico y para el bienestar de los españoles". Y lo reiteró hasta la saciedad: "Es que esto de la economía es una cosa muy seria, es jugar con el bienestar de las personas".

En vez de "yo o el caos", enarboló un: el PP o los Gobiernos fracasados, como el de Baleares. Sin matices: "Ahora sólo quedamos nosotros porque lo demás es una ensalada de pactos y más pactos". Machaconamente, tiró de argumentario: "Es imposible conocer qué haría esa coalición -incluso el partido más importante de esa coalición, que es el PSOE- con los dos asuntos que más preocupan a los españoles: el modelo de Estado y la política económica".

Por la noche, en Palma sí definió el modelo de Zapatero. "Es 'no tengo criterio sobre nada' y, por tanto, tampoco sobre lo que les preocupa a los españoles". Rajoy hizo anoche una mínima mención a las duras acusaciones que el líder socialista le lanzó por la mañana en Valencia. Fue así de implícito: "Por el solo hecho de que le diga que iba vestido de negro y con una corbata de lunares, ese señor se ha puesto como un basilisco. Pues no digo nada, si yo quiero tranquilizar".

Para "tranquilizar", sentenció que no votar al PP equivale a "entrar por la senda de las insensateces que algunos están planteando". Enseguida puso "algunos ejemplos clamorosos de insensateces". Es decir, criticó al Gobierno tripartito de Cataluña. "Pensad en cuáles han sido las grandes aportaciones a los intereses y al bienestar de sus vecinos de un Gobierno que se ha constituido no muy lejos de aquí hace no mucho tiempo".

Por si algún militante del PP no es aficionado a las adivinanzas, su líder aclaró el acertijo: "¿Qué han aportado al bienestar de los ciudadanos de Cataluña esas personas?". Explicó dos "aportaciones" del Gobierno catalán.

La primera, la conversación del líder de ERC, Josep Lluis Carod Rovira, con ETA. Lo hizo sin nombrarle. "Hace falta un mínimo de moderación, de sensatez, de equilibrio. ¡No se puede uno reunir con cualquiera!", enfatizó, y los suyos le aplaudieron. "¡Ni acordar con cualquiera cosas que son inmorales y que molestan a los demás!".

La segunda, la deslocalización de empresas: "Ahora hay algunos Gobiernos que cuando se van empresas extranjeras a la Europa del Este les amenazan y les insultan".

En todo caso, Rajoy pronosticó corta vida al Gobierno catalán. Corta, pero dañina. "Tengo la firme convicción de que esas políticas no van a durar mucho tiempo, pero a lo mejor hacen perder mucho tiempo". Pues la "pérdida de tiempo y de oportunidades" es, según el candidato del PP, el mayor "riesgo" si ganan los socialistas.

De allí se fue a Ibiza, a otro mitin con unas mil personas. Y cerró el día en el Polideportivo San Moix de Palma de Mallorca ante 7.000 personas.