El peor rival para la mejor racha

El Barcelona encadenó el pasado jueves en Copenhague su sexta victoria consecutiva, cinco de ellas en la Liga (Valencia, Atlético, Osasuna, Albacete y Sevilla), una racha que no se daba desde la temporada 1999-2000, cuando Van Gaal se sentaba en el banquillo del Camp Nou. A efectos contables, el equipo azulgrana suma 19 de los últimos 21 puntos, es el líder de la segunda vuelta del campeonato y el segundo mejor en campo ajeno, después del Valencia, al que ganó la pasada jornada en Mestalla.

A la solvencia barcelonista han contribuido especialmente dos factores: la capacidad de desequilibrio que tiene Ronaldinho, que ya suma 15 goles, ocho en la Liga -en sus dos temporadas en el Paris St. Germain totalizó 14 y 12- y la solvencia defensiva, puesto que en los últimos once partidos únicamente ha encajado cinco goles, mientras que en los primeros 25 había llegado a tomar hasta 26.

Embalados como van, los azulgrana se sienten capaces de disputar la tercera plaza, de la que le separan siete puntos. Ocurre, sin embargo, que hoy se topan con quien ocupa ese lugar, el Deportivo, el mismo que justamente le ha derrotado en los últimos seis partidos disputados en Riazor. Los gallegos le tienen tomada la medida al Barcelona, que no gana al Deportivo en su feudo desde los tiempos de Pizzi y Bobby Robson (1996-97). Por lo demás, el Deportivo es el equipo menos goleado del torneo, con 17 tantos, y Molina lleva 401 minutos sin encajar un gol. El asunto está pues en saber quien será hoy más decisivo: si Molina, con todo lo que significa para el Depor, o Ronaldinho, con todo lo que supone para el Barça.