La presidenta regional cumple 100 días, marcados por el fracaso de 'su' policía

Las brigadas de seguridad naufragaron cuando Esperanza Aguirre no había cumplido tres meses como presidenta regional. También se comprometió a redactar en sus primeros 100 días frente al Ejecutivo un reglamento para el taxi que permitiera a los profesionales del gremio acceder hasta a seis licencias por persona. Hoy se cumple el plazo y no hay tal reforma. La presidenta ha congelado el céntimo sanitario, ha puesto en marcha la construcción de tres centros de salud y ha creado el Observatorio contra la Violencia Doméstica y una comisión que redactará una nueva Ley del Suelo.

Los planes de Aguirre suponían la creación de unas brigadas que incorporasen a 5.500 nuevos policías (3.000 del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil y 2.500 de Policía Local) a los ya existentes en la región. La idea fue apoyada en la campaña electoral por el ministro del Interior, Ángel Acebes, que, entonces, calificó el proyecto de "propuesta sensata". Aguirre prometió que en los primeros 100 días de su gobierno se implantarían las 30 sedes operativas de estas brigadas (en municipios de más de 25.000 habitantes de la Comunidad) y que la primera de ellas se pondría en marcha en Móstoles.

Esos 100 días han pasado y las Brigadas Especiales de Seguridad de la Comunidad de Madrid (Bescam) no sólo no han visto la luz, sino que la presidenta se ha visto obligada a "reconducir" esta propuesta. "Pretendemos aportar dinero a quienes tienen competencias [en seguridad, es decir los alcaldes], para decirlo de una forma clara". A esto ha quedado reducido el proyecto hasta el momento. A dinero.

La presidenta nombró a Alfredo Prada Presa consejero de Justicia e Interior y le encargó poner en marcha las brigadas. Cuanto más se iban definiendo, más rechazo recibían. No sólo de la oposición, sino también dentro del PP. Una nueva policía con un distintivo que les diferenciase del resto de agentes, que estuviera formada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y Policía Local y que cobrase un 55% más que sus compañeros, sonaba demasiado a un modelo encubierto de policía autonómica. Tanto que el ministro que había apoyado el proyecto se desmarcó de él y rechazó que agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil se integrasen en las Bescam. En la presente semana se constituyó la Comisión para la Seguridad de Madrid que acordó comenzar sus trabajos de redefinición del proyecto a partir del 24 de marzo. Aguirre no quiere hablar del asunto Bescam hasta que pasen las elecciones del 14 de marzo.

Aprobar un nuevo reglamento del taxi fue otro de los compromisos de la presidenta a cumplir en los primeros 100 días. Otra promesa incumplida. Aguirre aseguró que permitiría a cada taxista tener hasta un máximo de seis licencias para explotar otros tantos vehículos. La legislación actual sobre el taxi sólo permite poseer una licencia por persona física. La presidenta afirma que ya tiene redactado ese nuevo reglamento, pero tendrá que aprobarlo y contar con el beneplácito de los taxistas. El ex presidente y actual alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, tuvo que aparcar un proyecto similar por las fuertes críticas del sector.

En estos 100 primeros días, el Gobierno de Esperanza Aguirre no ha aprobado sus presupuestos. Continúa funcionando con los presupuestos prorrogados del ejercicio pasado. La crisis de la Asamblea de Madrid supuso que se perdiera casi medio año de la legislatura que debía haber comenzado a finales de mayo. El Ejecutivo quiere que los presupuestos sean aprobados por el primer Consejo de Gobierno del mes de marzo (el próximo jueves) y por el pleno de la Asamblea de Madrid a mediados de mes. Pero este retraso también tendrá consecuencias en las promesas sobre reducción de impuestos de Aguirre.

Reducción fiscal

La futura Ley de Presupuestos de la Comunidad de Madrid incluirá la reducción en un punto del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y la supresión del impuesto de sucesiones entre padres e hijos y cónyuges.

Los alrededor de dos millones de contribuyentes madrileños no notarán en 2004 los efectos de estas reducciones fiscales. Tendrán que esperar a 2005. Será entonces, al hacer las cuentas correspondientes a 2004, cuando notarán en el bolsillo el ahorro previsto. Ese ahorro se situará en el caso del IRPF en unos 160 euros para una familia que obtenga una renta bruta de 23.400 euros el próximo año.

Durante el debate de presupuestos, el Ejecutivo tiene previsto también presentar el llamado Plan de Listas de Espera. La idea de la Consejería de Sanidad es desviar los 14.000 pacientes que más tiempo llevan esperando ser operados a "todos los hospitales concertados de la región". Aguirre se comprometió con sus electores a dimitir si antes de noviembre de 2005 no ha logrado reducir a menos de 30 días el tiempo medio de espera para ser intervenido quirúrgicamente en los hospitales de la región.

Precisamente será la Consejería de Sanidad la que deje de ingresar 50 millones de euros por una promesa cumplida de Aguirre. Una de las primeras medidas adoptadas por ella fue la de congelar el llamado céntimo sanitario, un impuesto sobre los combustibles que la Comunidad cobra desde el 1 de agosto de 2002 y que en enero de 2004 -según lo legislado por Ruiz-Gallardón- debería de haber pasado de 1,7 a 2,4 céntimos por litro.