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LA CRÓNICA | ELECCIONES 2004 | Andalucía
Columna
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¿Qué va a pasar con sus suegros?

Lourdes Lucio

Dice Manuel Pérez Yruela que en las encuestas electorales la única cuestión en la que los ciudadanos responden una cosa y hacen la contraria es cuando se les pregunta sobre si van a participar en las elecciones. "No es que te mientan, ni te engañen conscientemente. Es que todo el mundo dice que quiere ir a votar, pero luego la vida se les complica", afirma el director del Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA). Y es aquí donde cobran protagonismo los parentescos que aparecen en el titular. Los suegros se ponen malos; los niños, por partida doble; la sobremesa del domingo se alarga; la siesta dura más de la cuenta; también la partida de cartas; está lloviendo y hace frío; y los colegios electorales están ya a punto de cerrar.

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La participación media de los andaluces en las seis convocatorias autonómicas anteriores fue del 67,5%, una cifra que el sociólogo cordobés considera elevada. La estimación de participación que hace el IESA para los comicios al Parlamento andaluz del 14 de marzo ronda el 70%.

Para los socialistas andaluces es clave para su negocio electoral, tanto en los resultados al Congreso como los de la asamblea andaluza, que haya mucha participación dentro de 15 días. "Nuestro principal enemigo es la abstención", repiten una y otra vez en todos sus actos. No es una frase hecha, sino puro dato. Los estudios recientes de comportamiento electoral que maneja el PSOE de Andalucía -¿con ayuda de la Consejería de Gobernación?- afirman que de los 10 encuestados que dicen que no van a votar ocho se declaran del ámbito ideológico progresista, por tan sólo dos que se les escapa a la derecha. Y de ese potencial votante de izquierdas, el 80% se confiesa más próximo al partido socialista que a Izquierda Unida. También saben que cuanto más reñida esté la campaña entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, más gente acudirá a votar.

La campaña del PSOE, la que no se ve, ni acumula fotos, ni titulares, es la que también están haciendo los militantes socialistas. El PSOE de Andalucía cuenta con aproximadamente 50.000 afiliados y la meta es que cada uno de ellos toque, hable, convenza, es decir, movilice, a unas 20 personas de su entorno. Un millón de personas a las que habrá llegado de viva voz la urgencia del PSOE para que depositen su papeleta en las urnas. Paralelamente, los socialistas han puesto en marcha su campaña puerta a puerta en que una pareja de agentes va casa por casa hablando en nombre de José Luis Rodríguez Zapatero, y en cada visita dejan una bolsa con chucherías electorales. No son ciudadanos elegidos al azar sino los que viven en barrios que pueden llegar a votar al PSOE en un 75%, pero en los que se da una abstención del 50%. Con todo, ¿quién sabe lo que harán si se les ponen malos los suegros?

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