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Crónica:BALONCESTO | Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

La pegada final rescata al Barça

El Madrid, a ratos a un excelente nivel, se descompuso y no supo jugar los últimos minutos

Robert Álvarez

El Madrid volvió a representar el papel de magnífico pero triste perdedor en un partido que el Barcelona decidió porque, hoy por hoy y, a pesar de los progresos de su eterno rival, continúa teniendo más pegada. Esa virtud, en baloncesto, la poseen únicamente los equipos, pocos, que como el Barcelona conocen al dedillo en qué momento hay que apretar el acelerador, en qué instantes está de veras la victoria en juego. Saben cuándo es imperdonable un resbalón, un pase mal medido, una vacilación a la hora de lanzar o, todo lo contrario, una precipitación de unos pocos segundos en un ansía desmedida por anotar. Eso le sucedió al Madrid, que de nuevo se estrelló contra un rival que le tiene ganada la moral de tantos partidos como le lleva ganados de una u otra manera. Las últimas ocho veces que se han enfrentado en la Copa, el mismo resultado: victoria del Barcelona, al que el Madrid no es capaz de derrotar en este torneo desde 1989.

BARCELONA 80 - REAL MADRID 79

Barcelona: Sada (2), Navarro (23), Bodiroga (13), Varejao (14) y Femmerling (6). N. Rodríguez, Drejer (6), Dueñas (7) y De la Fuente (9).

Real Madrid: Bennett (21), Stojic (2), Herreros (5), Fotsis (15) y Kambala (26). Núñez, Mumbrú (8) y Burke (2).

Parciales: 22-29, 25-22, 16-9 y 17-19.

9.100 espectadores en el San Pablo.

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Por juego y por recursos, el Madrid pareció en disposición de romper esa mala racha. Pero cuando tuvo que dar el acelerón definitivo, la pifió. Entró en los tres últimos minutos a tiro de piedra, 75-72, pero entonces encadenó los fallos: un tiro de Fotsis, una pelota perdida de Stojic, uná intercepción de Varejao en un pase entre Bennett y Fotsis y hasta cuatro tiros fallados en la misma jugada. Tanto se dejó hacer el Madrid que el Barcelona, esta vez, decidió a base de pequeños detalles, un balón en la boca del aro de Femerling, unos tiros libres de De la Fuente. Ni siquiera importó que Bodiroga fallara más de la cuenta. Una vez que adquirió cinco puntos de ventaja, el Barcelona los administró con una frialdad que no perdió siquiera cuando un último tapón de Fotsis a Bodiroga y una canasta de Kambala le situaron a un tirito de la victoria. El Barcelona aguantó con el estoicismo de los equipos avezados a miles de este tipo de guerras.

El Madrid empezó exuberante, cómodo, muy metido en un papel entusiasta, disfrutando del juego como hacía tiempo que no se le veía, le dio un meneo de entrada al Barça. Los jugadores de Pesic parecían decir, pues anda que no queda mucho partido para gastar tanta munición. El quinteto inicial del Barcelona no sujetaba atrás y Varejao se quedó más solo que la una en el intento de dar réplica a Kambala y a Bennett, que disfrutaban turnándose para apretar el gatillo. Cuando la jugada no concluía en un uno contra uno del letón, el estadounidense se sacaba un triple de la manga; y vuelta a empezar, una desde dentro, una desde fuera, el equilibrio ideal. Una maravilla. El marcador apenas bajó de los diez puntos de ventaja para el Madrid. No era extraño. La defensa en zona del Madrid, de libro, pues de sobras es conocido que al Barcelona le pone en muchos más apuros ese tipo de oposición, dejó a cero a Bodiroga.

El Barcelona se rehizo cuando puso el candado en su zona. La entrada de Dueñas y Femerling acabó con la impunidad en la que actuó Kambala y el recio Burke apenas pudo ayudar a su equipo en la faceta defensiva. Lamas tampoco quiso quemar sus naves. Le dio un respiro a Bennett. En un abrir y cerrar de ojos cambió el partido. Bodiroga y Navarro empezaron a anotar con asiduidad. De un 22-32 se pasó a un 39-41. El Barcelona desvanecía la remota posibilidad de que prosiguiera como si nada el paseo imperial del Madrid, que volvió a recurrir con urgencia de Bennett, por supuesto.

Después de haber jugado al centenar de puntos, el frenazo en seco del tercer cuarto fue chocante. Pero en ese escenario se encontró mucho mejor el Barcelona. Las defensas se ajustaron al máximo hasta el punto de que varias veces no se supo qué sucedió antes si los pasos del atacante o la falta del defensor. El Barcelona jugó con fuego. Sus pívots estaban muy cargados de faltas. Pero no bajó el pistón por más que Kambala torturase a Femerling y Dueñas con sus escarceos bajo el aro azulgrana, donde su buena mano sostuvo durante muchos minutos al Madrid. En esas que apareció el danés Drejer, el nuevo fichaje del Barcelona, el ex alero de los Gators de Florida, y le dio la delantera por vez primera vez en todo el partido a su equipo con dos triples y dos rebotes de lo más oportunos. El Barcelona dominó el último acto, en el que Pesic situó a De la Fuente para sujetar a Bennett aunque para ello tuviera que prescindir de un base puro y encomendarle ese papel a Navarro. Pequeños detalles, cosas con las que el astuto Pesic continúa haciendo ganador a su equipo.

Bennett intenta un lanzamiento ante Nacho Rodríguez.
Bennett intenta un lanzamiento ante Nacho Rodríguez.GARCÍA CORDERO

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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