El Villarreal da vida al Galatasaray

Ante un Galatasaray muy limitado, en pleno proceso de renovación, el Villarreal se reencontró con viejos fantasmas: dinamitó una ventaja de dos goles cuando lo tenía todo a su favor para resolver la eliminatoria. Ante el peor Galatasaray de los últimos tiempos, quinto en la liga turca, el conjunto castellonense desperdició una excelente oportunidad de machacar a su rival. Pudo hacerlo en la primera parte, pero en vez de eso, se complicó la vida. En la segunda parte salvó el empate merced a la actuación del meta Reina, que tuvo un par de intervenciones notables.

Cuando el Galatasaray despertó ya le habían marcado dos goles. El conjunto turco fue un despropósito de equipo, incapaz de cruzar con cierto criterio la línea del medio campo durante la primera media hora. Su torpeza en la ejecución del fuera de juego le costó dos goles. Uno de ellos, el primero, bellísimo. Anderson culminó con la precisión que le caracteriza una combinación al primer toque entre Riquelme, Víctor y Roger. Quince minutos más tarde, en el 21, Riquelme superó de nuevo a la endeble zaga turca, que no daba otra cosa que facilidades.

Todo apuntaba a que el Villarreal podía resolver la eliminatoria con un resultado escandaloso. Su actitud fue la propia de un equipo hipermotivado, para nada afectado por la reciente dimisión del técnico Benito Floro, decepcionado con el rendimiento de la plantilla castellonense.

La respuesta del Galatasaray llegó a balón parado. César Prates, uno de los numerosos brasileños que durante los últimos años ha aterrizado en el fútbol turco, puso a prueba a Reina con un tiro envenenado, el típico chut que odian los porteros. La pelota botó a un metro del meta del Villarreal, cuyo rechace fue aprovechado por Murat, que metió la bota entre un amasijo de piernas.

El gol no descompuso al Villarreal, que continuó llegando con frecuencia al área rival. Anderson puso hincharse a meter goles ante un equipo muy descuidado en defensa. En vez de eso, el Villarreal se dejó comer terreno poco a poco, resucitando a un Galatasaray que se enganchó al partido por medio de los tiros de Prates, cuya derecha es una mina.