Más de mil vecinos de Vicálvaro protestan contra la R-3

Más de un millar de vecinos de Vicálvaro y San Blas se manifestaron ayer para denunciar que la autopista de peaje R-3 les ha dejado aislados del centro. El corte de la avenida de Daroca, que unía Vicálvaro con la M-40 y con el centro de Madrid, obliga ahora a los residentes a callejear por su barrio o por los próximos para cubrir un trayecto que antes hacían por esta avenida. Ahora tardan "hasta 45 minutos más en llegar al centro", aseguran. Los portavoces de PSOE e IU en la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid apoyaron ayer a los manifestantes.

"Queremos nuestra calle". Era ayer el grito de más de mil residentes de los distritos de Vicálvaro y San Blas. La calle que reclaman es la avenida de Daroca, construida hace cuatro años para permitir el acceso de los 57.000 vicalvareños a la M-40 y al centro. Costó 3,6 millones de euros y hoy está cortada por el paso de la autopista de peaje R-3 (Madrid-Arganda del Rey), inaugurada hace una semana por el presidente del Gobierno, José María Aznar.

Los convocantes de la manifestación -la Plataforma Salvemos la Avenida de Daroca y la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de San Blas- habían propuesto a la Delegación de Gobierno un recorrido que terminaba en la salida de San Blas a la R-3 (a escasos metros de la rotonda de acceso a la M-40). No les fue concedido el permiso para llegar a esta rotonda, "porque se trata del único acceso de la zona a la autovía de circunvalación". "Claro, por eso precisamente nos manifestamos", afirmó ayer Daniel Viondi, portavoz de la plataforma.

Media hora para salir

Cuando los 57.000 residentes de Vicálvaro intentan llegar a la M-40 o al centro de la capital tienen que tomar la misma salida que sus 130.000 vecinos de San Blas. Total: 180.000 personas con una rotonda como única alternativa de paso. "Tardamos media hora sólo en salir del barrio", afirma Viondi. También tienen la alternativa de la R-3, pero claro, pagando cerca de tres euros, y el acceso también está saturado porque se ubica junto al de la M-40. La situación será peor en el futuro, ya que la población de Vicálvaro aumentará hasta 200.000 habitantes con los nuevos proyectos urbanísticos.

Tanto IU como el PSOE han manifestado su apoyo a las reivindicaciones de los vecinos tanto en la Asamblea como en el Ayuntamiento de Madrid. Sus portavoces en ambos órganos estuvieron ayer en la manifestación. "Ante esta situación únicamente hay dos posturas entendibles: la de quienes defienden el negocio de las concesionarias [en referencia a la autopista de peaje R-3] y la de quienes defienden los intereses de los vecinos", declaró el portavoz socialista en la Asamblea, Rafael Simancas, a quien acompañó su homóloga en el Ayuntamiento, Trinidad Jiménez

Fausto Fernández, portavoz de IU en el Parlamento regional, también estuvo acompañado de Inés Sabanés, portavoz de IU en el Consistorio. La concejal recordó que su grupo ya avisó al final de la pasada legislatura de que esto pasaría, pero la Administración no ha tenido "ni tiempo ni ganas" para buscar otras alternativas.

El Ministerio de Fomento ha salido al paso de estas protestas afirmando que están "estudiando la reordenación de las referidas conexiones", para "readapatarlas a las demandas del tráfico". Aseguran que las comunicaciones del barrio han mejorado con las nuevas obras y "se han eliminado los problemas de seguridad" que antes presentaba la avenida de Daroca. Fomento habla de las dos vías actuales de acceso a la M-40, por Moratalaz, si se quiere ir hacia el norte, y por San Blas, si se quiere ir hacia el sur, que son las que precisamente denuncian los vecinos que están completamente "atascadas". También señalan un complemento: una conexión directa hasta la N-100 (prolongación de O'Donnell). "Es una vía de servicio, sí, pero para llegar a ella también hay que pasar por la misma rotonda atascada", se queja Daniel Viondi.

La alternativa que proponen los vecinos es la construcción de un túnel bajo la carretera de peaje o recuperar la conexión a través de las glorietas.