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Reportaje:CITAS

Carnaval de naranjas y plumas de avestruz

Binche, en Bélgica, celebra una de las fiestas europeas más espectaculares

Cuando en noviembre del año pasado la Unesco le otorgó el título de obra maestra oral e inmaterial de la humanidad, este organismo contribuyó a dar a conocer uno de los más antiguos y refinados carnavales urbanos que subsisten hoy en día. Pero el carnaval de Binche es eso y algo más. Ajeno a todo mercantilismo, está totalmente en manos y a cargo de la población. Esa movilización colectiva y unánime, que dura todo el año, confiere a la fiesta un carácter auténticamente popular y espontáneo. Lo que también explica la incomparable voluntad, casi obsesiva, que permite mantener intactas sus tradiciones. La imagen es la de toda una ciudad bailando al unísono, con un paso repetitivo y casi primitivo, música folclórica al son de tambores y charangas.

El personaje emblemático del carnaval, el Gille, es una figura realmente curiosa. Contemplar su baile en la semioscuridad del alba es uno de los grandes atractivos que ofrece Binche. Únicamente visibles el Mardi-Gras (el martes de carnaval), los Gilles, hasta un millar, recorren las calles de la ciudad durante todo el día en grandes grupos formados por hombres. Por la tarde, en el momento más onírico de la fiesta, llevan sus altos y suntuosos sombreros adornados de plumas de avestruz, que al bailar parece que floten en el aire sobresaliendo por entre la multitud a modo de grandes calabazas o pequeñas mandarinas blancas. De las plumas infladas por su rizado se desprende una impresionante majestad. No es de extrañar que esa tan peculiar figura haya inspirado al dibujante Hergé a la hora de crear Los Alegres Turlurones, el providencial grupo folclórico de Tintín y los pícaros.

Jorobas de plata

Por la mañana, el ambiente en las callejuelas de adoquines es suavemente embriagador, lleno de emoción y de vida. Como un bufón, el elaborado y colorido traje de los Gilles está hinchado de jorobas de paja. En su cinturón tintinean con alegría las campanillas cuando martillea el suelo con sus zuecos de madera, despidiendo así el invierno y ahuyentando sus malos espíritus. Si la tradición exige que los Gilles, siempre dignos, nunca se puedan desplazar sin marcar su paso escoltados por un tambor, también establece que durante este martes sólo beban champaña.

Cuando por la mañana se esconden detrás de su tradicional máscara de cera, adquieren una apariencia misteriosa, casi inquietante, todos acompasados, irreconocibles e idénticos. Pero es por la tarde el momento en que los Gilles sacan naranjas de su canasta de mimbre y las arrojan al público. Los gritos se multiplican y las manos se levantan para recoger esta ofrenda. Acto seguido, una verdadera lluvia de naranjas cae sobre un público enfervorizado. La ciudad entera está alborozada y un hervidero de personas invade tanto las calles como los bares: el carnaval llega a su apogeo.

Si bien se tiene constancia escrita de unas fiestas paganas en Binche ya en el año 1395, los orígenes del personaje del Gille están todavía por descubrir. Una de las teorías sitúa su nacimiento en el año 1549, cuando María de Hungría, gobernante de los Países Bajos, dio en su palacio de Binche unas grandiosas fiestas en honor de su hermano el emperador Carlos V y del infante Felipe II. En estos tiempos de conquistadores, habrían sido presentados unos incas ataviados con sombreros de grandes plumas. Los habitantes de la ciudad, seducidos por esta abigarrada indumentaria, habrían adoptado como tradición local disfrazarse de ese mismo modo cada año.

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Esta leyenda ayuda a componer la identidad de Binche, pero lo más probable es que el Gille no tenga un origen único (bailarín ritual que celebra la primavera y gran sacerdote de ritos ancestrales, rurales, mágicos y religiosos).

Las celebraciones en torno a los Gilles son al mismo tiempo propicias para la exaltación y la juerga callejera. Conviene recordar que Binche es, en relación con su tamaño, uno de los lugares con mayor concentración de bares de Bélgica. Con rasgos tanto de los frenéticos bailes de Río como de las fiestas cerveceras de Múnich, Binche parece haber encontrado su equilibrio en una placentera y jovial intimidad.

Fuego al lema de Carlos V

Por la noche, marcando simbólicamente el final de las celebraciones, se prende fuego al lema de Carlos V adoptado por la ciudad de Binche, "Plus Oultre". La ciudad y sus Gilles seguirán con el festejo para llegar unidos al amanecer del miércoles de ceniza, comienzo de la cuaresma. Así se termina una de las manifestaciones más propicias al encuentro con el pasado. Y ahora que la fiesta ha concluido, conviene una visita más reposada por la ciudad: el campanario del Ayuntamiento (también declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco), las murallas fortificadas (entre las mejor conservadas de Bélgica) y las excavaciones del palacio de María de Hungría.

Martes de carnaval en Binche, Bélgica. Los Gilles, con sus penachos  de plumas de avestruz, ofrecen a la gente naranjas que acarrean en  cestas de mimbre.
Martes de carnaval en Binche, Bélgica. Los Gilles, con sus penachos de plumas de avestruz, ofrecen a la gente naranjas que acarrean en cestas de mimbre.TREBIUS VALENS SPRL

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

- Población: Binche tiene unos 30.000 habitantes. Prefijo telefónico: 0032.

Cómo llegar

- Binche está situada a 60 kilómetros por carretera al sur de Bruselas y a 26 kilómetros de Charleroi.

- Virgin Express (902 88 84 59 y www.virgin-express.com) vuela directo a Bruselas desde Madrid, Barcelona, Málaga y Palma de Mallorca. Desde Barcelona, a partir de 55 euros, más tasas, el trayecto, y desde Madrid, a partir de 68 euros, más tasas.

- Iberia (902 400 500) tiene vuelos directos a Bruselas desde Madrid, Barcelona y Bilbao. Comprando con 14 días de antelación en la web, ida y vuelta desde Barcelona, 130, más tasas, y desde Madrid, 154, más tasas.

Comer

- Restaurante L'Industrie (64 33 10 53). Plaza Mayor, 4. Binche. Unos 15 euros.

- Brasserie la Binchoise (64 33 61 86). Faubourg Saint Paul, 38. Binche. Fábrica de cervezas artesanales

. Comer, unos 12 euros.

Dormir

- Hotel des Remparts (64 33 55 71). Rue Saint Paul, 28. Binche. La doble, 50.

- Pensión Les Volets Verts (64 33 31 47). Rue de la Triperie, 4. Binche. 65 euros.

Información

- Información sobre el carnaval: www.carnavaldebinche.be.

- Museo de la Máscara (www.museedumasque.be).

- Turismo de Binche (64 33 67 27).

- www.binche.com

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