El 'posnietismo' con el rector al frente

El ingeniero Nieto entró ayer, con sus cerca de 60 años, en el "reino de los justos". Su compleja victoria anoche inaugura una nueva etapa definida por él mismo con ironía bajo el signo del posnietismo. Es decir, el rector que ha gobernado durante 18 años con el estigma del "presidencialismo" está dispuesto ahora, según declaró a este periódico días antes de la elección, a superar su propia figura y ejercer "modestamente" de "representante en el exterior".

"Ésta no va a ser la legislatura de la creación de titulaciones o facultades. Lo que está en juego es cómo poder digerir con talante y con talento la lluvia de decretos de Madrid y su desarrollo autonómico, en medio del reto mayor: que es el cambio de cultura que exige la creación del Espacio Superior de Enseñanza Europeo". Ésta es, pues, su filosofía declarada, y éste es también el pacto implícito entre el núcleo duro de catedráticos, PAS y titulares de escuela (hasta un total nominal de 110 personas) que, en la práctica, han sido quienes han articulado y llevado el peso de -"esta sí"- su última campaña electoral.

Para gobernar una universidad que está estructurada en 43 departamentos y 15 escuelas; maneja 120 millones de euros y, sólo en volumen de generación de I+D+i, mueve otros 32.500 millones, se necesita algo más que una ecuación eficaz hecha de algo más que el "presidencialismo" que le han atribuido legislatura tras legislatura todos los candidatos perdedores, ayer aglutinados en torno a Juan José Moragues.

Es lo que Nieto denomina "la fórmula de la palmera", que consiste en "tener unas raíces fuertes, y combinarlo con buena dosis de flexibilidad", capaz de integrar con éxito en sus diferentes equipos a gente que roza desde el Opus a la izquierda más anárquica. Convencido de que "uno no envejece por dentro, sólo por fuera", Nieto reconoce que empieza esta etapa con la tranquilidad de quien en los últimos cuatro años ha hecho sus deberes, y "no tiene problemas para pagar la nómina". Una referencia agradecida a su último equipo: una quincena de personas con el gerente y padre del Plan Plurianual de Financiación, José A. Pérez, que se han dedicado en los últimos cuatro años a "estabilizar el presupuesto", consolidar cerca de medio millar de plazas de titulares docentes y modificar el clásico sistema de "prestación de servicios" por un sistema articulado de ciencia y tecnología. Nieto asegura, con cara de complicidad, que "las dos universidades se necesitan como el comer". Y él, a su vez, admite, en un gesto impensable en otros mandatos que es el primero en necesitar la complicidad y la conjunción de puntos de vista y objetivos con el rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, que sustituyó en 2002 a Pedro Ruiz, con quien mantuvo una relación más bien fría.

De hecho, Nieto y Tomás cuentan en su haber con haber superado las múltiples resistencias internas en cada una de las universidades para lanzarse desde hace dos años en una confluencia de acciones muy clara que se tradujo en la creación de la red de universidades Ruvid, la puesta en marcha de la CRUE valenciana y el acuerdo interuniversitario de pugnar por "una prórroga civilizada" del PPF este curso hasta que se elabore una Ley Valenciana de Universidades.