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La Concepción suspende consultas y operaciones por la huelga de la limpieza

Sanidad pide a un juez que aumente el número de trabajadores de los servicios mínimos

La junta facultativa de la Fundación Jiménez Díaz decidió a primera hora de la tarde de ayer, por unanimidad, y a la vista de cómo se encuentra el centro tras dos semanas de huelga de los trabajadores de limpieza, suspender la actividad médico-quirúrgica de la clínica de la Concepción. A la suciedad, visible hasta ahora en los pasillos y zonas de tránsito, se ha unido en las últimas jornadas un olor insoportable procedente de las bolsas de residuos acumuladas en zonas interiores y patios del centro. Muchos de los aseos, tras quince días sin ser limpiados, están desbordados e inutilizables.

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El cúmulo de papeles que cubría el pasado día 2 los pasillos y vestíbulos de entrada de la clínica de la Concepción siguen en el mismo sitio. Pero el polvo, los líquidos -sangre, café, coca-cola...- derramados en estos 15 días ha convertido a esos papeles en una masa informe fundida con las losetas del pavimento. En las jornadas transcurridas desde el inicio de la huelga ha crecido también el número de pancartas y carteles que ya desde la plaza de Cristo Rey alertan del conflicto laboral que mantienen los 155 trabajadores encargados de la limpieza del hospital con los gestores de la gerencia de la Fundación Jiménez Díaz (una unión temporal de empresas formada por esa fundación y la empresa norteamericana IDC). Pero a esas pancartas, a la suciedad del suelo y a las papeleras desbordadas se ha unido en los últimos días un elemento inequívoco del deterioro de la salubridad del centro: un olor pastoso, a restos orgánicos, que se expande incluso fuera del edificio y llega hasta la calle.

Ante esa situación, la junta directiva difundió una nota interior en la que señala que ha acordado, "por unanimidad, que no puede proseguirse con la actividad asistencial normal del hospital, por lo que deben aplicarse todas las restricciones necesarias para proteger la salud de nuestros pacientes, suspendiéndose la actividad médico-quirúrgica programada, pública y privada".

El centro mantendrá "únicamente las actividades imprescindibles para la atención de nuestros enfermos". La Junta directiva se reunió para acordar esa drástica medida tras conocer que los responsables de tres servicios -cirugía, anestesiología y traumatología- recomendaban la suspensión de la actividad porque no pueden garantizar la asepsia.

Horas antes se personó en la clínica de la Concepción la defensora del Paciente, Margarita Retuerto, para comprobar in situ las denuncias recibidas de varios enfermos. La impresión que se llevó Retuerto, tras casi tres horas en el hospital, es que la situación es "insostenible".

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La Defensora del Paciente se mostró preocupada ante todo por la existencia de residuos orgánicos en varias zonas del centro. "Eso no se puede permitir. En un patio interior había varias bolsas con apósitos, jeringuillas, guantes desechables y bolsas de sangre. Todo mezclado y sin clasificar. Eso es insostenible", afirma Margarita Retuerto.

En su recorrido, Retuerto visitó los servicios de hemodinámica y radiología . "Puede decirse que las instalaciones se mantienen dignamente. Había un paciente al que le estaban realizando un cateterismo con la asepsia necesaria. El problema radica en que al salir de esa zona, a apenas unos metros, había un baño absolutamente desbordado", explica Retuerto.

"Me ha indignado que utilicemos todos los recursos de la ciencia para para hacer una prueba de alto riesgo y no tengamos en cuenta el riesgo de infección que hay en los pasillos", concluye Retuerto.

Citas anuladas

Tras conocerse la decisión de la junta directiva, desde la secretaría de varias consultas se empezó a llamar a los pacientes para anular las consultas programadas los próximos días. Por la mañana, la Consejería de Sanidad decidió derivar las urgencias de las áreas que corresponden a la Fundación Jiménez Díaz a los hospitales Clínico y Puerta de Hierro, ante el "progresivo deterioro de las condiciones de salubridad".

Desde el inicio de la huelga, Sanidad ha hecho dos inspecciones diarias para garantizar la salubridad del centro. El pasado viernes, esas inspecciones revelaron por vez primera un riesgo para la salud de los pacientes en determinadas áreas del hospital.

A la vista de los informes de la inspección, la consejería solicitó el incremento de los servicios mínimos para que el 90% de la plantilla habitual preste servicio mientras duren los paros. El juez, tras escuchar ayer a las partes en conflicto, decidirá hoy sobre la petición de Sanidad. Pese a la decisión de la consejería, los pacientes siguieron llegando al servicio de urgencias, aunque en menor número que en jornadas anteriores. Todos ellos fueron atendidos y no fueron desviados a otros centros clínicos, según fuentes del hospital. "En el momento en que se ha detectado un mínimo riesgo hemos actuado con las medidas a nuestro alcance", explicó el consejero de Sanidad, Manuel Lamela.

La huelga de limpieza en la Fundación Jiménez Díaz se deja notar con fuerza en sus instalaciones.
La huelga de limpieza en la Fundación Jiménez Díaz se deja notar con fuerza en sus instalaciones.GORKA LEJARCEGI

"Esto es una vergüenza"

Los pacientes y familiares que acuden a la clínica de la Concepción reaccionan de manera dispar y ambivalente ante la situación que se encuentran en el centro. Ayer mismo, mientras el secretario general de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez, les explicaba a la Defensora del Paciente los motivos de la huelga que mantienen los 155 empleados de la limpieza, una mujer interrogaba casi gritando a uno de los empleados de seguridad de la clínica de la Concepción: "¿Por qué está esto así?, preguntó con gesto de desagrado. "¿Que los han despedido? Pues que contraten a otros", replicó tras la explicación del guardia sobre la amenaza de despido que pesa sobre los empleados (de la empresa Eurolimp).

Más solidario se mostró, apenas media hora después, Justo, hermano de un paciente sometido ayer mismo a una operación de próstata. "Esto es una vergüenza. No se puede consentir que la dirección del centro se niegue a negociar", afirmó tras leer los carteles que las mujeres de la limpieza han colocado en la entrada principal de la clínica de la Concepción. "Desde que gobierna el PP se nota cómo han cambiado la sanidad privada y la pública. No se cómo, pero alguien tiene que forzar a que se arregle el conflicto", concluyó indignado.

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