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Tribuna:CICLISMO | La desaparición del último gran escalador
Tribuna
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Ha muerto un hombre

Ha muerto un hombre en circunstancias aún confusas. Como es famoso, no recibirá el trato normal, ponderado, discreto, respetuoso, que yo pediría para mí. Y, para colmo, como es habitual en los días de alabanzas, sólo se habla de lo bueno que era el difunto. En algunas crónicas de su Italia, no obstante, se especula con un estilo de vida peligroso que le ha acompañado desde que le expulsaron de un Giro por consumir una sustancia prohibida que mejora el rendimiento deportivo. Nadie sabe si lo tomó voluntariamente o con engaño de otros que no salen en la prensa ni se harán famosos.

Se dice que ha estado ingresado en un hospital de La Habana para una cura de desintoxicación. Curiosamente, la misma que de vez en cuando visita Diego Armando Maradona para seguir progresando en su lucha "antiestrés" .Y, encima, que tenía un billete de avión para ir a Bolivia a pasar una larga temporada en una residencia llamada Gelmini para descansar. No puede referirse la cita más que a la Comunitá Incontro, fundada por el reverendo padre DOM Piero Gelmini, la versión más extendida en Italia de recursos terapéuticos para drogadictos, y mas subvencionada por Giovanni Agnelli que su competidora, Proyecto Hombre.

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Una muerte por degeneración acelerada

Más cierto parece que ha estado en tratamiento médico psiquiátrico en los últimos años y que ha sido propenso a no tomar las dosis prescritas, cosa que muchos hacemos recortándolas y olvidándolas, pero que en su caso era aumentándolas de forma muy peligrosa sin control. Es bien conocido el hecho toxicológico de que, aunque una persona tome grandes cantidades de tranquilizantes diariamente y no se le noten los efectos sedantes por tolerancia o acostumbramiento, la dosis mortal de la sustancia no se modifica, siendo este hecho la explicación de muchas muertes por intoxicación voluntaria aguda, aunque no siempre con afán o tentativa de morir por suicidio. Esto es lo más probablemente ocurrido.

Del resto de su vida no sabemos gran cosa. Me gustaría que si las drogas ilícitas fueron decisivas, especialmente la cocaína, se pudiera saber y publicitar. Disminuiría la estúpida especie de leyenda urbana de que con la coca no pasa nada. Es falsa. Pero no se dice cuando ocurre o se vende como libro minimizando su peligrosidad, como si la cocaína no hubiera tenido nada que ver en un fracaso vital del que se intenta salir vendiendo las memorias que lo describen.

Es lamentable que tenga que repetirse el caso una y otra vez. Que la pulsión del éxito fuerce al individuo por encima de sus posibilidades y de que las personas se sometan a cualquier riesgo con tal de ganar, aceptando la tiranía de los promotores, la publicidad o la presencia en los medios de incomunicación social que elevan y tiran a los ídolos de cada día.

Carlos Álvarez Vara es psiquiatra experto en adicciones.

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