Dos meses después de El Chava
Raymond Poulidor visitó un día a Jacques Anquetil, que se moría de cáncer. "Ya ves", ironizó maître Jacques, ganador de cinco Tours con su eterno segundo, "Una vez más vas a ser segundo". Marco Pantani ha sido más generoso con el otro gran escalador de su generación, el otro ciclista indolente y genial, Chava Jiménez. El ciclista abulense se le adelantó dos meses al Pirata que siempre le superaba en el Tour. Murió como él, solo, triste, en una residencia, lejos de su gente, lejos de la bicicleta, en circunstancias extrañas. El Chava fue amigo de Pantani, colega de juergas, de vicios nocturnos un enero loco en Canarias, hace un año, cuando dejaban la bici en el hotel y se las apañaban para sentirse solos, dos supervivientes al borde del precipicio que soñaban con con un retorno imposible. Pantani volvió, pero de una manera testimonial. Corrió un Giro más, lo terminó. No volvió a subirse a una bicicleta.
La primera vez que se encontraron solos El Chava y Pantani fue en el Tour del 98, en la etapa del Galibier, un día histórico. "Me ha dicho Pantani que le ayude y nos hemos puesto de acuerdo", prometía El Chava. "Yo lanzo el ataque en el Galibier, luego él me alcanza y nos vamos juntos. Subimos Deux Alpes y yo gano la etapa, él el maillot amarillo". En la niebla del Galibier atacó El Chava. No se le volvió a ver. Se perdió en el descenso, cuando tenía que ayudar al italiano. Pantani sí que fue fiel a su promesa. Atacó a Ullrich. Le dejó clavado. Ganó la etapa con ocho minutos. Sin necesidad de El Chava.
Ganó el Tour. Parecían entonces dos mundos distintos, pero estaban muy cercanos, como se vio dos años después, en el Tour de 2000, el quinto y último Tour del italiano que había quedado tercero en su debú, en 1994, y también en 1997, y que había ganado ocho etapas, todas con final en alto.
La última que se llevó la ganó al Chava. Pantani estaba hecho una furia, no contra Jiménez, sino contra el mundo en general, contra el ciclismo y sus gentes que le habían convertido en cabeza de turco de todos los males y contra Lance Armstrong que se había permitido humillarle afirmando que le había dejado ganar dos días antes en el Mont Ventoux. Al día siguiente, Pantani se retiró. No volvió al Tour.
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