Los obispos y la violencia de género

La Conferencia Episcopal redactó hace pocos días un documento en el que se argumentaba que la violencia de género era resultado de la revolución sexual que se había producido. Esto me ha planteado toda una serie de preguntas: ¿Se referirán a la revolución sexual que se produce dentro de su privacidad?

No por nada, simplemente viene al hilo de la noticia del primer apoyo por parte del estamento eclesiástico correspondiente a un cura acusado de abuso de menores y con una sentencia condenatoria de once años de prisión. Me pregunto, si no se habrán equivocado los obispos (ni el Papa es infalible) y en vez de revolución debieran haber utilizado el término repulsión, ya que esto es lo que me produce escuchar semejantes noticias.

Mucho es el hartazgo que tenemos las mujeres ante tanta misoginia, menosprecio, hipocresía y violencia de género ¿o acaso no se produce un acto de violencia cuando se abusa de una criatura de ocho años? ¿Es este el ejemplo que la Iglesia da a sus feligreses? ¡Pues nada, que cunda el ejemplo!.. Que el poder masculino se siga ensañando con el cuerpo de las mujeres, aun cuando éstas no sean más que niñas indefensas.

¿Serán éstas las enseñanzas que en la asignatura de religión se van a impartir con la puesta en marcha de la LOCE? ¡Pues apañadas estamos¡

Vuelta al oscurantismo de confesionario y sotana. ¿Es esta la ley integral que el PP propugna para terminar con la violencia de género?... Pues seguimos estando apañadas, si lo que debería de ser uno de los primeros ámbitos para combatir las actitudes de violencia, como es el ámbito educativo, lo suplimos con el crucifijo y la sotana.

Eso sí, los obispos claman contra el matrimonio entre homosexuales (adultos, de pleno consentimiento y con todos sus derechos constitucionales) y sin embargo amparan el abuso de menores. ¿Será porque nos siguen considerando a las mujeres como seres incompletos, a mitad camino entre la naturaleza y la cultura? ¿Será porque aún no tienen claro si tenemos alma?

Lo de que sí tenemos cuerpo parece que no plantea dudas; Cuerpo para abusar, violentar, insultar, maltratar y asesinar. Parece que sí, ciertamente, está muy claro para una Iglesia y una sociedad que no se escandalizan, ni salen a la calle para pedir de una vez por todas que se acabe con tanta barbarie.