Formación y acreditación
Dos hechos bastante dispares me han conducido hasta la escritura de este texto: mi naturaleza despistada y la proliferación de cadenas de televisión locales. En efecto, estoy matriculado para hacer el Curso de Adaptación Pedagógica (CAP) en la Universidad Complutense de Madrid, del cual tuve examen teórico el día 10 de enero de este año; pero, por aquello del despiste, confundí dos fechas y tenía en mente que sería el día 31 de ese mismo mes. Por tanto, cuando me di cuenta de mi error, me puse a estudiar como un poseso y ya pueden imaginarse las vacaciones navideñas que pasé.
Por otro lado, en los momentos de descanso me he acercado al televisor y el dichoso zapping me hace llegar hasta los canales 15 o 16 de los que tiene sintonizados el televisor, es decir, los correspondientes a las emisoras locales. De último se ha puesto de moda televisar los plenos en los diferentes consistorios municipales, lo cual es de agradecer... o quizá no. Y digo que quizá no porque uno se da cuenta de la fauna que hay metida en estas instituciones, haciendo labores de concejal (les llamo fauna por no llamarles flora, que es mucho peor, y lo digo con toda la mala leche del mundo). ¡Caramba, si es que hay alguno que apenas era capaz de leer! Y cuando terminaba, miraba para el alcalde, de su propio partido, y le preguntaba: "¿Sigo?", como si no supiese que aún estaba a mitad de la lectura del decreto. Así que, como mucho, eran capaces de leer, pero, en ningún caso, de entender lo que leían.
Así que, como se pueden imaginar, uniendo las ideas expresadas en los dos párrafos anteriores uno se plantea por qué no existe un curso formativo en el cual se eduque hasta que se acredite la capacidad para ejercer labores de cargo público, ya que, está comprobado, los partidos políticos no ejercen esta función. De esta manera, se intentaría conseguir que los aspirantes a cargo público tengan una cierta capacidad de comprensión lectora y crítica, un cierto dominio a la hora de hacer cuentas, dispondrían de los conocimientos relacionados con las relaciones institucionales y documentos de relevancia en democracia...
Ya puestos, propongo una denominación para esta titulación y todo: TOCÓME (titulo oficial de acreditación de conocimientos medios para ejercer la función pública).
